El pescador y el industrial

“ Un rico industrial del Norte estaba horrorizado de encontrarse a unpescador que yacía tranquilamente junto a su bote, jugando con unos niños.

“¿ Por qué no estas afuera pescando?”, dijo el industrial.

“Porque ya he atrapado suficientes peces para el día”, dijo el pescador.

“¿ Por qué no atrapas unos cuantos más?”

Si mi papá duerme, no lo despierte

En una reunión del ejercito de salvación había un hombre que estaba dando su testimonio sobre lo que Jesús había hecho por él. En la muchedumbre se encontraba un burlador, este provocador le dijo al hombre que estaba dando su testimonio: “cállate, tu sólo estas soñando, sólo sueñas”. 

Los días de la semana del cristiano

LunesDía de Lavado
Señor, ayúdame a lavar todo mi egoísmo y la vanidad, por lo que pueda servir con humildad perfectaa través de la semana.

MartesDía de planchado
Querido Señor, ayúdame a planchar todas las arrugasque he recogido, y dame los años para que pueda ver la belleza en otros.

Vuélvase niño

Así que, cualquiera que se humille como este niño ese es el mayor en el reino de los cielos. Y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como este, a mi me recibe. Mateo 18.4-5

Usted y yo debemos humillarnos y volvernos como niños pequeños. Mientras que el Señor quiere que crezcamos en nuestra actitud, comportamiento y aceptación de responsabilidades en Cristo (ver Efesios 4.15), al mismo tiempo quiere que seamos como niños en nuestra dependencia y en la libre expresión de sentimientos hacia El.

Él está allí ¿por qué dudas?

A veces pareciera que se nos olvida que no estamos solos en las batallas de la vida. A veces nos falta memoria para recordar quién es nuestro Defensor, quien es el que pelea por nosotros o quien es quien cuida de nosotros.

A veces vamos por la vida como huérfanos, como que si no tuviéramos un Padre que nos ama y se preocupa por nosotros.

El gusanito

Un indígena centroamericano había hallado la paz en Dios. Había cambiado radicalmente, de una vida de depravación, borracheras e infidelidad, a uan vida de verdadera satisfacción y paz.

No le importaba donde estuviera ni quien estuviera viéndolo o escuchándolo. A todos les daba el testimonio de su conversión. Un día un amigo suyo le preguntó:
– Churunel, ¿por qué hablas tanto de Cristo?

Las cintas en el manzano

Con la apariencia de preocupado un joven viajaba en tren. Había estado en la cárcel y ahora iba de camino a su casa. Su condena había traído vergüenza a su familia; nunca lo habían visitado y solo unas pocas veces le habían escrito, aún así él esperaba que lo hubieran perdonado.

Para aliviarle la cosa, les propuso en una carta que pusieran una señal, la cual pudiera ver desde el tren al pasar por la pequeña casita, esto, para saber como se sentían con él.

Eso es amor

Habían dos hermanos gemelos, tan parecidos uno con el otro, que era difícil diferenciarlos. Sin embargo, en una cosa ellos eran completamente distintos, Juan era cristiano y amaba a Jesús, pero su hermano Jorge vivía en el mundo de los pecados. No quería saber nada de Dios.

Cierto noche, Juan estaba en su casa estudiando la Biblia, cuando de pronto vino Jorge con su ropa llena de sangre. En una pelea en el bar había matado a una persona.

Cuida tu testimonio

El semáforo se puso en amarillo justo cuando él iba a cruzar en su automóvil y como era de esperar, hizo lo correcto: se detuvo en la línea de paso para los peatones, a pesar de que podría haber rebasado la luz roja, acelerando a través de la intersección.

La mujer que estaba en el automóvil detrás de él estaba furiosa. Le tocó la bocina por un largo rato e hizo comentarios negativos en alta voz, ya que por culpa suya no pudo avanzar a través de la intersección. y para colmo, se le cayó el celular y se le regó el maquillaje. En medio de su pataleta, oyó que alguien le tocaba el cristal del lado.

Una vida transformada

Stephen, un niño africano que fue abandonado por su madre y maltratado por sus familiares, se crió en la calle. Después de un fallido intento de suicidio ingresó en una organización terrorista. Se le enseñó a odiar, a manejar las armas, y se le confió la misión de sembrar el terror en la población civil. La ocasión se le presentó cuando una misión cristiana organizó unas reuniones.

El propósito de Stephen era lanzar algunas granadas al público.