Cicatrices del alma

En un día caluroso de verano en el sur de Florida, un niño decidió ir a nadar en la laguna detrás de su casa. Salió corriendo por la puerta trasera, se tiró en el agua y nadaba feliz. Su mamá desde la casa lo miraba por la ventana, y vio con horror lo que sucedía. Enseguida corrió hacia su hijo gritándole lo más fuerte que…

El pan bien quemado

Después de un largo día en el trabajo, mi mamá puso un plato de pan tostado muy quemado frente a mi papá. Recuerdo estar esperando ver si alguien lo notaba... Sin embargo, aunque mi padre lo notó, alcanzó un pan tostado, sonrió a mi madre y me preguntó cómo me había ido en la escuela. No recuerdo lo que le contesté, pero sí recuerdo verlo…

El mejor regalo de Dios

Carlitos estaba sentado mirando la pequeña montaña de regalos que estaban cerca de la chimenea. Su madre entró y le dijo: ¿En qué piensas Carlitos? Carlitos dijo…estaba pensando en cual de estos será el mejor regalo. Carlitos- respondió su madre- el valor de los regalos no se mide ni por el tamaño, ni por el color, el precio o la simple envoltura, ni siquiera por…

¿Hay vida después del parto?

En el vientre de una mujer embarazada se encontraban dos bebés. Uno le pregunta al otro: -¿Tú crees en la vida después del parto? - Claro que sí. Algo debe existir después del parto. Tal vez estemos aquí porque necesitamos prepararnos para lo que seremos más tarde. - ¡Tonterías! No hay vida después del parto. ¿Cómo sería esa vida? - No lo sé pero seguramente...…

Mamá, ¡el Pastor habla de tí!

Después de mucho tiempo una señora volvió a ir al culto con su hijita. Por causa de su trabajo no podía asistir a los cultos matinales; por eso fue en la noche. El pastor habló en esa ocasión acerca de la negligencia de muchos en cuánto al cumplimiento de sus deberes cristianos: No leen la Biblia, descuidan la asistencia a los cultos, etcétera.

La niñita escuchaba atentamente el sermón y, cuando oyó que el pastor hablaba del descuido de muchos padres, se volvió a su madre y, confiada, le dijo:

¡Mamá!

mamaAgradece cada día por la existencia de tu mamá, y si no la tienes agradece por haberla tenido.

PORQUE DESPUES YA NADA ES IGUAL…..!!!!!
Cuando viniste a este mundo,
Ella te sostuvo en sus brazos.
Tú se lo agradeciste gritando.

Cuando tenías un 1 año

Una factura para Mamá

Una factura para Mamá

Guillermo se parecía mucho a su papá. Todo el mundo lo notaba. Se llamaba igual que su papá. Hasta caminaba y hablaba como su papá. Un día mientras Guillermo pensaba en eso, se dijo: "Todos dicen que soy como Papá. Pero hay algo en que no nos parecemos. Papá gana su dinero y yo no gano nada, aunque trabajo mucho aquí en casa. Todo el…

La muñeca y la rosa blanca

Me apresuré a la tienda para comprar algunos regalos de última hora de Navidad. Miré a todas las personas y me comencé a quejar. Me gustaría estar aquí para siempre y yo tenía mucho que hacer. La Navidad estaba comenzando a ser una lata. Yo deseaba sólo dormir un poco durante la Navidad. Pero me apresuré lo mejor que pude a través de todas las personas al departamento de juguetes.

Una vez que fui al pasillo murmuré a mi mismo  los precios de todos estos juguetes y me pregunté si los nietos jugarían con ellos. Me encontré en el pasillo de muñecas.

Mamá…¿el Pastor habla de tí?

Después de mucho tiempo una señora volvió a ir al culto con su hijita. Por causa de su trabajo no podía asistir a los cultos matinales; por eso fue en la noche. El pastor habló en esa ocasión acerca de la negligencia de muchos en cuánto al cumplimiento de sus deberes cristianos: No leen la Biblia, descuidan la asistencia a los cultos, etcétera.

La niñita escuchaba atentamente el sermón y, cuando oyó que el pastor hablaba del descuido de muchos padres, se volvió a su madre y, confiada, le dijo:

“¡Mamital ¿Te habla a ti el pastor?” Estas palabras fueron un flechazo para el corazón de la madre que permaneció callada. Esa ingenua pregunta de su propia hijita fue para ella un sermón vivo y eficaz.

El taxista.

taxiLa gente tal vez no recuerde exactamente lo que tu hiciste o lo que tú dijiste, pero siempre recordarán cómo los hiciste sentir…

Hace veinte años, yo manejaba un taxi para poder vivir. Lo hacía en el turno nocturno.
Mi taxi se convirtió en un confesionario móvil. Los pasajeros se subían, se sentaban atrás de mí en total anonimato y me contaban acerca de sus vidas