La joven ciega

Esta es la historia de una joven ciega que se odiaba a si misma, y a todo el mundo por ser ciega. Odiaba a todos, menos a su novio que la quería mucho. Un día, consiguió un par de ojos sanos. La operaron y pudo ver. Cuando lo hizo, el novio le preguntó si se casaría con él, a lo que ella respondió que no,…

El perdón de una madre

Había una vez un joven que vivió una vida de rebeldía delante de su madre, y un día no soportando más sus regaños y consejos, se fue de la casa diciéndole como despedida: “No quiero verte nunca más” y se fue. Caminando una vida sin sentido y desordenada y habiendo entendido su error cuando empezó a irle mal, pensó volver a su casa;pero no se…

Aunque no lo veas, Él existe

Se dice que un joven le decía a un ministro evangélico que él creería en Dios cuando pudiera verlo. El ministro le preguntó: — ¿Joven, usted cree que su madre lo ama? El joven respondió: — Yo no solamente creo, sino que yo sé que me ama. Entonces el ministro le preguntó si él podía ver el amor de su madre, si podía pesarlo, o…

El anillo

anilloUn joven dijo a su maestro:
- Me siento tan poca cosa que no tengo fuerza para hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago bien, que soy torpe y bastante tonto. ¿Cómo puedo mejorar? ¿Qué puedo hacer para que me valoren más? El maestro, sin mirarlo, le dijo:
- Cuánto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mi propio problema.

Quizás después…, – y haciendo una pausa agregó- si quisieras ayudarme tú a mí, yo podría resolver este tema con más rapidez y después tal vez te pueda ayudar. – Encantado, maestro – titubeó el joven pero sintió que otra vez era desvalorizado y sus necesidades postergadas.

El soldado que no sabía manejar

Un joven que trabajaba en el ejército, era humillado constantemente por ser cristiano. Un día su superior queriendo humillarlo delante de la tropa, lo llamó y le dijo: "Joven, venga aquí, tome la llave y vaya a aquel jeep y estaciónelo allá al frente". El joven soldado dijo: "No sé manejar". Entonces dijo el superior: ¡Pero vamos pida ayuda a su Dios, muéstrenos que Él…

En la cima

Un Joven alpinista iba acompañado por dos fuertes y experimentados guías, en su primer intento por escalar los Alpes Suizos, y se sentia seguro de tener un guía en la delantera y otro detrás de él.

Escalaron varias horas. Sin aliento y exhaustos, lograron por fin llegar a las rocas que entre la nieve sobresalían justo antes de llegar a la cima. Al faltar solo unos metros para llegar a la cima, el guía que iba al frente se echó a un lado para que el joven alpinista pudiera ver el paisaje por primera vez, una maravillosa vista panorámica de picos cubiertos de nieve y un brillante y despejado día en el cual no se veía una sola nube.

La despedida

«Hijo mío, cuando estés en dificultades, no te olvides de orar a Dios. Con estas palabras una madre se despidió de su hijo único que se iba como marinero. Ella estaba muy preocupada por él, pues el joven acababa de rehusar entregar su vida a Dios. ¡Si por lo menos en la angustia se acordara de Dios!

«Eso de orar…ya lo veremos…» pensaba alegremente el joven. El quería dirigir su vida por sí mismo. Sin embargo, en su primer viaje el joven tuvo un accidente que le hizo pensar en Dios.

¿No es verdad que te amé?

Oí contar esta historia en Houston (Texas) -dice el Dr. Scarborougb.

Un joven empleado salió de su oficina al oscurecer y vio un tumulto en la calle. Al acercarse observó un caballo desbocado y una muchacha enloquecida, puesta en pie sobre, un carro, tratando de alcanzar las riendas. La gente corría por todas partes para no ser atropellada; pero cuando el joven llegó más cerca se dio cuenta de que la joven en peligro era aquella a quien él, unas pocas semanas antes, había prometido tomar como compañera de su vida, y sin pensarlo un instante corrió hacia el caballo tratando de contenerles.

El amor de un padre

Los turcomanes, nombre dado a muchas tribus del Asia Central, son célebres por la fuerza de sus afecciones naturales. En prueba de esta aserción se cita el siguiente caso:

«Al fin del siglo xviii, Persia fue gobernada por un rey turcomano llamado Kurreem Kham, probablemente uno de los mejores que jamás había empuñado el cetro de aquel país. Un día llegó a él la noticia de que doce hombres habían sido robados y muertos bajo las mismas murallas de Shiraz, capital de su imperio. A pesar de las pesquisas de la policía, por mucho tiempo no fue posible descubrir a los criminales.

Por último se descubrieron, resultando ser de la misma tribu que el rey pertenecía.

El paquete de galletas.

galletasCuando aquella tarde llegó a la vieja estación le informaron que el tren en el que ella viajaría se retrasaría aproximadamente una hora.
La elegante señora, un poco fastidiada, compró una revista, un paquete de galletas y una botella de agua para pasar el tiempo.

Buscó un banco en el andén central y se sentó preparada para la espera.
Mientras hojeaba su revista, un joven se sentó a su lado y comenzó a leer un diario.

Imprevistamente, la señora observó como aquel muchacho, sin decir una sola palabra, estiraba la mano, agarraba el paquete de galletas, lo abría y comenzaba a comerlas, una a una, despreocupadamente.