El valor de Rizpa

Subió al cerro y lo que vio la paralizó...Cuerpos inertes pendían colgados con una soga alrededor de sus cuellos, eran sus dos hijos y sus cinco nietos. Esta mujer posiblemente ya con unos cuantos años, se vistió de luto, puso un paño sobre una piedra y se acostó sobre ella, se coloco muy cerca de sus seres queridos, ellos habían pagado con sus vidas por…

Cargando el pasado

Un día dos monjes iban caminando por el campo. Iban camino a otro pueblo para ayudar a traer la cosecha. Mientras caminaban, espiaron a una mujer que estaba sentada en la orilla del río. Ella estaba enojada porque no había un puente, y ella no podía cruzar al otro lado. El primer monje ofreció amablemente, "Si quieres te podemos cargar hasta el otro lado del…

De esclava a princesa

El relato más extraordinario que escuche en mi infancia, y que aun atesoro en mi corazón, es aquel que habla de una princesita que, a pesar de ser amada por el rey desde pequeña, fue despojada de todos su derechos por los enemigos de su padre. Aquel rey murió en defensa de su reino y de su amada hija, y la pequeña princesa fue llevada…

¿Qué tan peligroso puede ser el miedo a la soltería?

Elsa salió del restaurante llorando, había sido avergonzada terriblemente por su novio Iván, delante de todo el mundo. Iván era un hombre extremadamente celoso, que no medía las consecuencias de sus actos y lo acababa de demostrar en ese restaurante, donde habían ido a celebrar sus dos años de noviazgo. Iván no soportaba que nadie más tuviera atenciones para con Elsa y esa noche, en…

Cuidado con nuestros deseos

Hay una vieja leyenda sobre un hombre que vagaba por todo el mundo en busca de sus deseos más profundos. Deambuló de una ciudad a otra, de un
reino a otro en busca de satisfacción y felicidad, pero nunca en todos sus viajes la encontró.

Finalmente, un día, cansado de su búsqueda, se sentó debajo de un
gran árbol, al pie de una montaña. Lo que no sabía es que se trataba de «El árbol del deseo». Todo lo que uno desea cuando está sentado debajo del árbol
inmediatamente se convierte en realidad.

Su fe provocó un milagro

Pero una mujer que desde hacía doce años padecía de flujo de sangre, y había sufrido mucho de muchos médicos, y gastado todo lo que tenía, y nada había aprovechado, antes le iba peor, cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre la multitud, y tocó su manto. Porque decía: Si tocare tan solamente su manto, seré salva. Y en seguida la fuente de su sangre se secó; y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote”. Marcos 5:25-29

Esperanza contra viento y marea

Levantándose de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón; y entrando en una casa, no quiso que nadie lo supiese; pero no pudo esconderse. Porque una mujer, cuya hija tenía un espíritu inmundo, luego que oyó de él, vino y se postró a sus pies. La mujer era griega, y sirofenicia de nación; y le rogaba que echase fuera de su hija al demonio. Pero Jesús le dijo: Deja primero que se sacien los hijos, porque no está bien tomar el pan de los hijos y echarlo a los perrillos. Respondió ella y le dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos, debajo de la mesa, comen de las migajas de los hijos. Entonces le dijo: Por esta palabra, ve; el demonio ha salido de tu hija. Y cuando llegó ella a su casa, halló que el demonio había salido, y a la hija acostada en la cama. Marcos 7:24-30

Déboras de oración

Dios decidió utilizar a una mujer como instrumento de su causa, ella era una mujer como cualquiera de nosotras, esposa, madre, amiga, creyente, patriota, que tomó un papel importante que trajo bendición a toda una generación completa, hemos tomado el nombre de Débora porque al querer parecernos a ella, estamos creyendo en la Palabra que si imitamos su obediencia, valor y fe, Dios hará que nuestras oraciones también traigan protección y visión a nuestras generaciones.

Vamos a hacernos tres preguntas sobre nuestro personaje principal para que al contestarlas

El hereje.

espejoEn el tiempo de Mario el perseguidor, llegó uno de sus agentes a la casa de una mujer cristiana que había ocultado a uno de los siervos de Cristo, y le preguntó: –¿En dónde está ese hereje?.

La mujer cristiana dijo: Abra aquella petaca y verá usted al hereje. El perseguidor abrió la petaca y sobre la ropa vio un espejo. –¡No hay aquí ningún hereje!

La Almohada.

almohadaHace mucho tiempo, una niña de una familia adinerada se preparaba para ir a la cama. Decía sus oraciones cuando oyó un sollozo a través de su ventana. Un poco asustada, se asomó por su ventana. Otra niña, quien parecía de su misma edad y desposeída estaba parada en el callejón junto a la casa de la niña rica.

Su corazón se identificó con la niña desposeída, ya que estaban en lo más frío del invierno, y la niña no tenía frazada, tan sólo viejos periódicos