Hoy sé quien es Dios
El farol del ciego
Aviva la llama
Cuentan que un rey muy rico de la India, tenía fama de ser indiferente a las riquezas materiales y hombre de profunda religiosidad, cosa un tanto inusual para un personaje de su categoría.
Ante esta situación y movido por la curiosidad, un súbdito quiso averiguar el secreto del soberano para no dejarse deslumbrar por el oro, las joyas y los lujos excesivos que caracterizaban a la nobleza de su tiempo.
Inmediatamente después de los saludos que la etiqueta y cortesía exigen, el hombre preguntó: «Majestad, ¿cuál es su secreto para cultivar la vida espiritual en medio de tanta riqueza?
¿En qué estado está tu corazón?
El Señor no mira lo que mira el hombre;pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero el Señor mira el corazón. 1 Samuel 16:7.
Un enfermo que pasó por una grave operación cardiaca contó: –Parecía estar bien de salud. Exteriormente todo iba bien, pero sin que lo supiera, estaba aquejado de una grave enfermedad, un aneurisma.
Ser espiritual
Disciplinas” como el Yoga, Tantra, Budismo, Osho entre otras, han puesto de moda, la “espiritualidad”, incluso dan fórmulas para poder llegar a ser una persona mucho más “espiritual”.
Títulos como “Los diez pasos para la felicidad espiritual”, “metafísica 4 en
1” “El alquimista” y uno de los más recientes “EL secreto” Nos reclaman, a llevar una vida más “espiritual”. Pero ¿Será cierto lo que dicen estos libros? ¿Funcionan los pasos, fórmulas que nos sugieren para ser felices?
Los lentes del alma
Paula, una joven de escasos 12 años, visitaba por primera vez al optómetra , el cual le diagnosticó miopía en ambos ojos.
– Sientes que no puedes ver bien de lejos, Paula. – dijo el doctor.
– Sí, se me dificulta mucho hacerlo.- afirmó Paula
– Te sientes muy mal por esto, verdad ?- dijo el doctor
– Sí, lo que más me afecta es que no puedo distinguir a cierta distancia el rostro de algunas personas, ni observar de lejos el amanecer
Cuanto daño hace no perdonar
El tema del día era el resentimiento y el maestro nos había pedido que lleváramos papas y una bolsa de plástico. Ya en clase, elegimos una papa por cada persona que guardábamos resentimiento, escribimos su nombre en ella y la pusimos dentro de la bolsa. Algunas bolsas eran realmente pesadas.
El ejercicio consistía en que durante una semana lleváramos con nosotros a todos lados esa bolsa con papas. Naturalmente la condición de las papas se iba deteriorando con el tiempo, y el fastidio de acarrear esa bolsa en todo momento me mostró claramente el peso espiritual que cargaba a diario y cómo, mientras ponía mi atención en ella para no olvidarla en ningún lado, desatendía cosas que eran más importantes para mí.
¿Dónde estabas tú cuando te necesitaba?
Solemne, transcurría el funeral. Yacía en la caja un eminente clérigo que había dedicado toda su vida a servir a la humanidad. Largas filas de personas que habían recibido de él algún consejo sabio, alguna ayuda espiritual, incluso algún beneficio material, testificaban cuándo, cómo y en qué circunstancias el reverendo les había ayudado.
En eso se acercó al ataúd un joven de unos treinta años de edad
Las manos fuertes de Dios.
En Génesis, parece que casi toda persona y familia que allí se mencionan es disfuncional. El texto está lleno de relatos de celos, ira, violencia y engaño, y dejan una estela de relaciones dañadas. Incluso Noé, Abraham, Isaac y Jacob -alabados como héroes de la fe en Hebreos 11- muestran un carácter defectuoso y caídas espirituales. Pero Dios nunca les deja así.