Así que, cualquiera que se humille como este niño ese es el mayor en el reino de los cielos. Y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como este, a mi me recibe. Mateo 18.4-5
Usted y yo debemos humillarnos y volvernos como niños pequeños. Mientras que el Señor quiere que crezcamos en nuestra actitud, comportamiento y aceptación de responsabilidades en Cristo (ver Efesios 4.15), al mismo tiempo quiere que seamos como niños en nuestra dependencia y en la libre expresión de sentimientos hacia El.
Una de las características de un niño es que se divierte en todo lo que hace. Se las arregla para pasar un buen tiempo. Dios quiere que aprendamos como disfrutar de las cosas y también de Dios. El quiere que disfrutemos de la oración, del estudio bíblico, del ir a la iglesia, así como quiere que nosotros disfrutemos de nuestro cónyuge, hijos, familia, hogar y todo lo demás de la vida, incluyendo lo terrenal. Por demasiado tiempo hemos dejado a un lado el disfrute de la vida.
Necesitamos encontrar más humor en nuestro vivir diario. Y una de las primeras cosas que necesitamos aprender es a reírnos de nosotros mismos. En vez de enojarnos ante nuestros errores y deficiencias, necesitamos aprender a reír ante nuestros fracasos y puntos débiles. Como decía Art Linkletter “¡La gente es cómica!” Y eso nos incluye a nosotros.
Ten esto en mente todos los días al despertar:
Jesús quiere que caminemos en la libertad como lo hacen los niños pequeñitos.
Fuente: Iglesia Getsemaní