¿Qué regalo puedo darle?
El mejor regalo de Navidad
El mejor regalo de Dios
El mejor regalo
En 1994, dos americanos respondieron a una invitación del Departamento de Educación Rusa, para enseñar moral y ética (basado en principios bíblicos) en las escuelas públicas. Fueron invitados a enseñar en prisiones, negocios, departamentos de bombero y policía, y en un inmenso orfanato. Alrededor de 100 niños y niñas que habían sido abandonados, abusados, y dejados a cargo de un programa del gobierno, estaban en este orfanato. Ellos nos relatan esta historia en sus propias palabras.
El cumpleañero de Navidad
En una ocasión un rey llamó a sus servidores y los envió a invitar a todos sus súbditos a una fiesta que iba a organizar para celebrar el cumpleaños de su hijo, su único hijo.
Sus empleados fueron a todos los rincones del reino invitando a todos los pobladores, no sin antes insistir en que la fiesta estaría muy surtida de bebidas y comidas. Se habían escogido los mejores vinos y las más sofisticadas carnes.
Aprovecha bien el tiempo
El tiempo es un regalo de Dios. No se puede alterar la cantidad que El nos da. Las demandas sobre nuestro tiempo son menos o más según la etapa de nuestra vida. Cómo proporcionar las 24 horas de cada día es lo que a nosotros nos interesa.
Jesús dijo, «Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar» (Juan 9:4). Jesús aquí nos da dos principios de cómo usar el tiempo.
Dos bebés en el pesebre
En 1994, dos americanos respondieron a una invitación del Departamento de Educación Rusa, para enseñar moral y ética (basado en principios bíblicos) en las escuelas públicas. Fueron invitados a enseñar en prisiones, negocios, departamentos de bombero y policía, y en un inmenso orfanato. Alrededor de 100 niños y niñas que habían sido abandonados, abusados, y dejados a cargo de un programa del gobierno, estaban en este orfanato. Ellos nos relatan esta historia en sus propias palabras.
Se acercaban los días de fiestas Navideñas, 1994, tiempo para que nuestros huérfanos escucharan por primera vez, la historia tradicional de Navidad.
El amor de Dios
Éramos la única familia en el restaurante con un niño. Yo senté a Daniel en una silla para niño y me di cuenta que todos estaban tranquilos comiendo y charlando.
De repente, Daniel pegó un grito con ansia y dijo, «¡Hola amigo!». Golpeando la mesa con sus gorditas manos. Sus ojos estaban bien abiertos por la admiración y su boca mostraba la falta de dientes en su encía. Con mucho regocijo el se reía y se retorcía.
Yo miro alrededor y vi. la razón de su regocijo. Era un hombre andrajoso con un abrigo en su hombro; sucio, grasoso y roto. Sus pantalones eran anchos y con el cierre abierto hasta la mitad sus dedos se asomaban a través de lo que fueron unos zapatos.
El Pesebre
En 1994 dos americanos respondieron una invitación que les hiciera llegar el Departamento de Educación de Rusia, para enseñar moral y ética en las escuelas públicas, basada en principios bíblicos.
Debían enseñar en prisiones, negocios, el departamento de bomberos de la policía y en un gran orfanato. En el orfanato había casi 100 niños y niñas que habían sido abandonados, abusados y dejados en manos del Estado. De allí surgió esta historia relatada por los mismos visitantes: