Lo que no puede comprar el dinero
La obra de Cristo
¡Perdonado!
El pescador y el industrial
“ Un rico industrial del Norte estaba horrorizado de encontrarse a unpescador que yacía tranquilamente junto a su bote, jugando con unos niños.
“¿ Por qué no estas afuera pescando?”, dijo el industrial.
“Porque ya he atrapado suficientes peces para el día”, dijo el pescador.
“¿ Por qué no atrapas unos cuantos más?”
La lección de una tarjeta de crédito
Yo solía llevar una tarjeta de crédito para identificación y gastos imprevistos. Noel y Yo dejamos de usarla para compras regulares después de un seminario sobre finanzas personales en nuestra iglesia, que dejó al descubierto nuestros hábitos necios en cuanto a comprar a crédito.
Eso resolvió el problema de gastar más de nuestro presupuesto mensual. Ahora usamos cheques y efectivo para todo.
Una carta sin leer
Un cierto joven yacía moribundo en India. Hacía algunos años había abandonado su hogar y «malgastado su dinero». Viéndose en la mayor miseria, escribió a su padre que le enviase dinero y ayuda.
A su debido tiempo recibió una carta de su padre, y con gran ansiedad miró dentro del sobre para ver si contenía algún cheque o giro postal. No encontrado nada en el interior del sobre, cogió la carta y con gran ira e impaciencia la arrojó hacia un lado sin leerla.
Habiendo empeorado y viendo que su fin se acercaba,
26 guardias bien armados.
Alguna vez has sentido la imperiosa necesidad de orar por alguien pero has decidido ponerlo en tu lista de «cosas por hacer» y te has dicho: «Oraré mas tarde». O te ha llamado alguien alguna vez y te ha dicho «Necesito que ores por mí, tengo esta necesidad «. Lee la siguiente historia que me fue enviada hace poco, la cual podría cambiar tu forma de pensar con respecto a las oraciones y la forma de orar.
Un misionero en vacaciones contó la siguiente historia cuando visitaba su Iglesia local en Michigan, EU.: » Mientras servía como misionero en un pequeño hospital en el área rural de Africa, cada dos semanas
El árbol de manzanas.
Hace mucho tiempo existía un enorme árbol de manzanas. Un pequeño niño lo amaba mucho y todos los días jugaba alrededor de él. Trepaba al árbol hasta el tope y el le daba sombra. El amaba al árbol y el árbol amaba al niño.
Pasó el tiempo y el pequeño niño creció y el nunca más volvió a jugar alrededor del enorme árbol.
Un día el muchacho regresó al árbol y escuchó que el árbol le dijo triste: «¿Vienes a jugar conmigo?» pero el muchacho contestó «Ya no soy el niño
¿Cuánto cuesta un milagro?
Tess era una niña precoz de 8 años. Un día escuchó a su madre y a su Padre hablar acerca de su hermanito Andrew. Ella solo sabía que su hermano estaba muy enfermo y que su familia no tenía dinero.
Planeaban mudarse para un complejo de apartamentos el siguiente mes porque su padre no tenía el dinero para las facturas médicas y la hipoteca.