Carta de Jesús para tí.

Puede ser que tú no me conozcas, pero Yo sé todo acerca de tí… Yo sé cuando te sientas y cuando te levantas … Todos tus caminos me son conocidos … Conozco cuántos cabellos hay en tu cabeza … Pues fuiste hecho a mi imagen …

Te conocí desde antes que fueses concebido(a) … Te escogí cuando planifiqué

El reo.

Un anciano que vivía solo, quería (como todos los años) plantar patatas en su patio de atrás, pero arar la tierra era un trabajo demasiado pesado para un hombre de su edad.

Su único hijo, José Ángel, quién solía ayudarlo, estaba preso por homicidio. El anciano decidió escribirle una carta a su hijo, explicándole su problema:

Querido José Ángel:

El cojo.

El dueño de una tienda estaba colocando un anuncio en la puerta que decía:»Cachorritos en venta». Esa clase de anuncios siempre atraen a los niños, y pronto un niñito apareció en la tienda preguntando: «¿Cuál es el precio de los perritos?.

El dueño contestó: Entre $30 y $50».

El niñito metió la mano en su bolsillo y sacó unas monedas:

Atentamente, tu viejo.

Amado hijo: El día que esté viejo y ya no sea el mismo, ten paciencia y compréndeme.
Cuando derrame comida sobre mi camisa y olvide como atarme mis zapatos, tenme paciencia. Recuerda las horas que pasé enseñándote a hacer las mismas cosas.

Si cuando conversas conmigo, repito y repito las mismas palabras y sabes de sobra como termina, no me interrumpas y escúchame.  Cuando eras pequeño para que te durmieras, tuve que contarte miles

La Madre.

Cuando viniste a este mundo,
Ella te sostuvo en sus brazos. Tú se lo agradeciste gritando.

Cuando tenías un 1 año,
Ella te alimentaba y te bañaba. Tú se lo agradeciste llorando la noche entera.

Cuando tenías 2 años,

El Sacrificio.

Es la tarde de un viernes típico y estás manejando a tu casa.
Sintonizas la radio. El noticiero cuenta una historia de poca importancia, sobre un pueblito de la India donde  alguna gente se ha muerto de repente, por motivo desconocido, de alguna gripa que nunca antes se ha visto. No es influenza, pero tres o cuatro gentes
murieron. Es algo interesante y algunos

El corazón de una madre.

Cuando el Señor hizo a la mujer, era su sexto día de trabajo,
haciendo horas extras… Un Ángel apareció y trató de detener al Señor. «Esto es demasiado trabajo para un sólo día, mejor espera hasta mañana para terminar». «Pero no puedo», protestó el Señor. Estoy tan cerca de terminar esta creación por lo que está muy cerca de mi corazón.

El Ángel se acercó y tocó a la mujer

El Manzano.

Hace mucho tiempo existía un enorme árbol de manzanas. Un pequeño niño lo amaba mucho y todos los días jugaba alrededor de él. Trepaba al árbol hasta el tope comía sus manzanas y tomaba una siesta bajo su sombra.

El amaba al árbol y el árbol amaba al niño. Pasó el tiempo

¿Cuánto ganas a la hora, papi?

– Papi, ¿cuánto ganas por hora? – con voz tímida y ojos de admiración,
un pequeño recibía así a su padre al término del trabajo.

El padre dirigió un gesto severo al niño y repuso: – Mira hijo, esos
informes ni tu madre los conoce. No me molestes que estoy cansado.

– Pero papi, -insistía- dime por favor

De un padre a su hijo.

Era una mañana como cualquier otra. Yo, como siempre, me hallaba de mal humor. Te regañé porque te estabas tardando demasiado en desayunar, te grité porque no parabas de jugar con los cubiertos y te reprendí porque masticabas con la boca abierta. Comenzaste a refunfuñar y entonces derramaste la leche sobre tu ropa. Furioso te levanté por los cabellos y te empujé violentamente para que fueras a cambiarte de inmediato.