El amor de una madre

No había manera de dominar el fuego, así que decidieron abandonarlo y entrar en - los botes salvavidas, pero no había lugar para todos. Al ser empujado el último bote quedaban aún sobre cubierta la madre y su hijo. Uno de los marineros dijo que no había lugar para otro. ¿Qué iba a hacer la madre? Decidió perecer a fin de salvar a su hijo.…

El último deseo

A pocas horas en su celda, esperando ser ejecutado, pidió como último deseo papel y lápiz. Luego de escribir por varios minutos, le dijo a su custodio por favor, entregue esta carta a mi madre!! La carta decía así: Madre, creo que si hubiera más justicia en este mundo, tanto tú como yo deberíamos de ser ejecutados. ¡Tú eres tan culpable como yo de mi…

Las notitas

Hubo una época en mi vida en la que solía viajar con cierta regularidad. Aprovechaba los viajes de capacitación de mi esposo para, ni corta ni perezosa, unírmele y aprovechar la salidita. Cada vez que mi esposo salía a algún lugar –al que yo no pudiera acompañarle, le incluía una notita de aprecio y de ánimo. En cierta ocasión, se la escondí en un zapato.…

El cristiano es un hijo del Rey

Se dice que en cierta ocasión el Emperador Napoleón I se encontraba delante de un grupo de soldados, cuando de repente su caballo se desbocó; entonces un soldado raso se lanzó hacia el caballo, y, cogiendo el freno del caballo, pudo pronto detenerlo. Se dice que Napoleón saludó al soldado raso y le dijo: "gracias, mi capitán". El soldado se sorprendió al oír a Napoleón…

La camisa

Paco de 8 años, entró en su casa, después de clase, pisoteando fuerte. Su padre, que se dirigía al fondo, al verlo entrar, lo llamó para una hablar. Paco lo acompañó desconfiado.

Antes que su padre hablara algo, Paco dijo irritado:

– Padre, estoy con muchísima rabia. Joaquín no podría haberme hecho lo que hizo. Su padre, un hombre sencillo pero sabio, escuchaba a su hijo mientras ese seguía con su reclamo.

El cumpleañero de Navidad

En una ocasión un rey llamó a sus servidores y los envió a invitar a todos sus súbditos a una fiesta que iba a organizar para celebrar el cumpleaños de su hijo, su único hijo.

Sus empleados fueron a todos los rincones del reino invitando a todos los pobladores, no sin antes insistir en que la fiesta estaría muy surtida de bebidas y comidas. Se habían escogido los mejores vinos y las más sofisticadas carnes.

La fuerza del amor

Un día en Filadelfia, el caballo de un carro asuntó y huyó. El dueño, corrió y se agarró de las riendas.

«Déjelo ir, déjelo ir», gritaba la gente, temerosa por la vida del hombre, pero el no hacía caso. cayó en tierra, fue arrastrado, se levantó y por fin, mal herido y deshecho, pudo detener al animal.

El viejecito generoso

Un pobre soldado pidió un manto a un agricultor, pero éste no lo quiso oír. Él siguió enfrente y se fue a otra casa que era muy humilde. Allí vivía un señor de avanzada edad, que perdió todo durante la guerra y había encontrado allí un lugar para vivir. Él no tenía nada además de las ropas del cuerpo, pero le dio su manto a este soldado que estaba sufriendo por el frío. El soldado continuó por su camino.

El viejecito agradeció a Dios porque a pesar del frío, tenía refugio y aún pudo ayudar a un extraño con su manto.

¡Mamá!

mamaAgradece cada día por la existencia de tu mamá, y si no la tienes agradece por haberla tenido.

PORQUE DESPUES YA NADA ES IGUAL…..!!!!!
Cuando viniste a este mundo,
Ella te sostuvo en sus brazos.
Tú se lo agradeciste gritando.

Cuando tenías un 1 año

¡No te metas en mi vida!

Esto está escrito por un sacerdote…y esta verdaderamente interesante.

«Hoy que estoy profundizando mis estudios teológicos en la Familia; sus valores, sus principios, sus riquezas, sus conflictos, recordaba una ocasión en que escuché a un joven gritarle a su Padre: NO TE METAS EN MI VIDA!!!»

Ésta frase caló hondamente en mí, tanto, que frecuentemente la recuerdo y comento en mis conferencias con Padres e hijos.