¿Tenemos tiempo para hablar con Dios?
Entierra tus quejas
La vecina del barrio
Oigo gritos, voces de gentes muy enfadada; me asomo por la ventana y veo muchas personas que discuten; para ver lo que esta pasando salgo a la puerta de mi casa, observo un gran gentío que ocupan cuadras y cuadras del barrio.
Pregunto que es lo que esta sucediendo y me dicen que aprendieron a un malhechor…esa noticia me alegro y pensé que por lo menos alguien dejaría de hacer daño
Dios no es aburrido
Si Dios no es aburrido y su Espíritu produce gozo, ¿por qué a tantos hijos de Dios se los ve aburridos y bajoneados?
Hay cuatro respuestas para ésta pregunta:
1. Donde hay pecado nunca hay gozo, ni verdadera alegría. Podrá haber mucha risa, muchas bromas, pero si adentro hay pecado también hay aburrimiento, culpa y amargura; y desaparece el verdadero gozo de Dios.
Orar en todo tiempo.
Unos años atrás, un anuncio de televisión enfocaba el rostro sonriente de una preciosa joven. Aparecía mirando hacia abajo y evidentemente ocupada con cierta tarea, aunque no se veía lo que hacía. Mientras desempeñaba su labor, ella oraba. El anuncio hacia énfasis en ocupar tiempo para orar, aunque tuvieran que desarrollarse otros deberes durante el día.
Muchacho agradecido.
Un muchacho entro con paso firme a la joyería y pidió que le mostrarán el mejor anillo de compromiso que tuviera.
El joyero le presento uno. La hermosa piedra solitaria brillaba como un diminuto sol resplandeciente. El muchacho contemplo el anillo y con una sonrisa lo aprobó. Preguntó luego el precio y se dispuso a pagarlo.
Ocho regalos que no cuestan nada.
1.- El regalo de Escuchar:
Pero realmente escuchar, sin interrumpir, bostezar, o criticar. Solo escuchar.
2.- El regalo del Cariño
Ser generoso con besos, abrazos, palmadas en la espalda y apretones de manos, estas pequeñas acciones demuestran el cariño por tu familia y amigos.
3.- El regalo de la sonrisa
Llena tu vida de imágenes con sonrisas, dibujos y caricaturas, y tu regalo dirá «me gusta reír contigo»
¡Da gracias a Dios!
El Salmo 92 es un «Cántico para el día de reposo», un lugar de descanso para aquéllos que están atribulados.
El cántico comienza con un elogio a la alabanza: «Bueno es dar gracias al SEÑOR». Nos hace bien volvernos de nuestros pensamientos de desasosiego y ansiedad y anunciar «por la mañana [Su] bondad, y [Su] fidelidad por las noches» (v.2). ¡Dios nos ama y es siempre fiel! Él nos hace felices. (v.4).