¡Da gracias a Dios!

El Salmo 92 es un «Cántico para el día de reposo», un lugar de descanso para aquéllos que están atribulados.

El cántico comienza con un elogio a la alabanza: «Bueno es dar gracias al SEÑOR». Nos hace bien volvernos de nuestros pensamientos de desasosiego y ansiedad y anunciar «por la mañana [Su] bondad, y [Su] fidelidad por las noches» (v.2). ¡Dios nos ama y es siempre fiel! Él nos hace felices. (v.4).

La alabanza no sólo nos hace felices, sino que también nos hace sabios. Comenzamos a entender algo de la grandeza y el diseño creativo de Dios en todo lo que Él hace (vv.5-9). Adquirimos una sabiduría que está oculta para aquellos que no conocen a Dios. Puede que los malvados «florezcan» y «broten como la hierba» por un momento (v.7), pero al final se marchitarán.

Sin embargo, los justos que se unen a Aquel que mora en la eternidad (v. 8), «florecen como la palmera» y «como cedro en el Líbano» (v.12), símbolos de grácil belleza e inquebrantable fortaleza. Por cuanto han sido «plantados en la casa del SEÑOR» (v.13). Sus raíces llegan hasta el suelo de la fidelidad de Dios; recurren a Su amor inextinguible.

Alaba a Dios por todas sus misericordias y tu corazón se regocijará y explotará ded alegría.