Refinado como la plata.
Hace algún tiempo, algunas señoras se reunieron en cierta ciudad para estudiar la Biblia.
Mientras que leían el tercer capítulo de Malaquías, encontraron una expresión notable en el tercer versículo: «y El se sentará como un refinador y purificador de la plata” Malaquías 3:3.
Una de las señoras propuso visitar a un platero y reportarles
La novia entró como todas las novias: vestida de blanco, feliz, radiante, emocionada. Ante el altar la esperaba su novio, con gran expectación, ansiedad y amor. Y los invitados, los parientes, el clérigo, todos sentían una emoción excepcional. Estas eran unas nupcias especiales.
Mis días se han consumido
Un hombre encontró un capullo de una mariposa y se lo llevó a casa para poder verla cuando saliera del capullo. Un día vio que había un pequeño orificio y entonces se sentó a observar por varias horas, viendo que la mariposa luchaba por hacerlo mas grande para poder salir.
Un hombre empezó a esparcir rumores sobre uno de sus vecinos. En pocos días, todo el vecindario conocía los chismes, que no tardaron en llegar a oídos de la persona involucrada. Por supuesto ella se ofendió mucho y quedó muy dolida.
En un descuido, un elefante le pisó una patita a la hormiga con la que conversaba amigablemente.
Un anciano que vivía solo, quería (como todos los años) plantar patatas en su patio de atrás, pero arar la tierra era un trabajo demasiado pesado para un hombre de su edad.
Cuando yo era capellán del ejercito atendí a un soldado moribundo, al cual yo conocía, y le pregunté si quería enviar a su madre algún mensaje conmigo. Me contestó:
Un niñito que jugaba un día con un jarrón muy valioso metió su mano dentro y no pudo sacarla. Su padre también trató lo mejor que pudo, pero en vano. Estaban pensando ya en romper el jarrón cuando el padre dijo:
En una víspera de Navidad, un exitoso hombre de negocios se apuraba a llegar a la carnicería antes de que cerraran.