Practicando el Sermón del Monte
Un cristiano de la península de Corea visitó a uno de los misioneros que allí estaban, y le dijo que había aprendido el Sermón del Monte y deseaba repetirlo delante de él.
Enseguida aquel cristiano repitió, palabra por palabra, sin que le faltara alguna, los tres capítulos que componen el mencionado sermón.
Él vive aquí.
Hace muchos años, cerca de la real residencia británica en la isla de Wight, habia varias casas para los pobres y los ancianos, Un misionero que un día visitaba algunos ancianos, preguntó a una mujer: ¿Os visita alguna vez la reina Victoria? Oh, sí – contestó .
Su majestad viene a menudo a vernos. Después, pensando si la mujer sería cristiana o no, el misionero preguntó: ¿Os visita alguna vez el Rey de reyes? La mujer inmediatamente sonrió y le contestó
El sueño roto.
El sueño de su vida era ser misionero, y parecía como si finalmente se fuera a hacer realidad. Sentado en la oficina de la agencia misionera, el nervioso joven le aseguró al entrevistador que él y su flamante esposa estaban decididos a trabajar duro, administrar sus recursos como buenos mayordomos, y procurar que se proclamara a Cristo al mayor número de personas posible. Confiaban en que todo su futuro estaba saliéndole a pedir de boca.