Él vive aquí.

Hace muchos años, cerca de la real residencia británica en la isla de Wight, habia varias casas para los pobres y los ancianos, Un misionero que un día visitaba algunos ancianos, preguntó a una mujer: ¿Os visita alguna vez la reina Victoria? Oh, sí – contestó .

Su majestad viene a menudo a vernos. Después, pensando si la mujer sería cristiana o no, el misionero preguntó: ¿Os visita alguna vez el Rey de reyes? La mujer inmediatamente sonrió y le contestó:  No, señor Él no nos visita. !Alabado sea Dios!, “Él vive aquí!”. Es por ello que estamos tan ricamente bendecidos!

Aplicándonoslo, algunos de estos detalles pueden convertirse en hechos reales si Cristo es honrado hoy en nuestros hogares. Mira tu casa. ¿Tiene algún síntoma de espiritualidad? ¿Da evidencias de que el Salvador está allí?

¿Aquellos que te visitan reconocen por los cuadros en la pared, los libros de tus estantes y en la música, que amas al Señor? ¿Es notorio que Jesús ocupa el primer lugar en tu vida familiar, o las marcas de la mundanalidad están enrareciendo el ambiente? Deseo que puedas decir de tu hogar: Sí, Alabado sea Dios, Jesús VIVE aquí.