Una Biblia bajo la casa

El armazón de la casa y las paredes ya estaban en pie cuando Jill Williams y su marido encontraron una vivienda que les agradaba en un suburbio al norte de Houston.

Pero fue una conversación con Shauna Wallace, la esposa del constructor, durante una visita a la obra, lo que reforzó la decisión de ambos a comprar la casa.

“Ella nos dijo ‘Quiero mostrarles algo’”, y llevó a la pareja al área del dormitorio principal, recordó Williams.

No hagas oído de las críticas

Donde quiera hemos oído críticas. En la misma Biblia se nos habla de personas que fueron criticadas. Recordemos como en el Pentecostés la gente se burlaba diciendo que los discípulos estaban borrachos. Muchas veces vemos a alguien que viene cojeando por estar enfermo y decimos que viene borracho. Mientras más consagrados estamos al Señor, menos haremos caso a este mundo.

Había un niño adoptado por un maestro de música que daba por primera vez un concierto. Todo el auditorio esperaba y escuchaba con atención al niño. Notaron que aunque era el más pequeño había quedado mejor que nadie. Al fin se dieron cuenta, que el niño no cesaba de mirar hacia cierto lugar.

¿Leyó usted los Salmos?

El Libro de los Salmos es el más largo de todos los libros que componen la Escritura. Es un conjunto de poemas que al principio se cantaron. El libro de los Salmos se le llama el corazón de la Biblia, no porque se encuentre en el centro, sino porque en él se hallan expresados muchos sentimientos, en particular los que se le pueden atribuir al Enviado de Dios: Jesucristo.

Al leer los salmos no encontramos a Dios revelado como Padre (para esto esnecesario leer el Nuevo Testamento).

Yo lo haría mejor

Cuantas veces hemos exclamado “Yo lo haría mejor”, o «Yo lo Haría de ésta otra forma». Es más, sé que conoces a unos cuantos por ahí que utilizan éste tipo de frases casi como un lema.

Recuerdo que una vez un amigo compartió conmigo el siguiente pensamiento que había escuchado “Cuando veas a alguien adelante y tu creas que lo puedes hacer mejor,

Una noche de lectura

-Quédense con su vieja Biblia. No la necesito, ¡yo soy mi propio dios!Así fueron recibidos en una cárcel dos visitantes que quisieron ofrecer un Nuevo Testamento a un preso llamado José.

Cuando volvieron una semana después, José acudió, tendiéndoles los brazos y exclamando:¡Ahora pueden llamarme hermano! Rehusé el Nuevo Testamento que ustedes querían darme, pero otro detenido lo aceptó.

Al volver a nuestra celda, mi compañero me pidió que le leyera en voz alta lo que estaba escrito en ese pequeño libro, ya que él no sabía leer.

Quédate con tu tenedor…

Había una mujer que había sido diagnosticada con una enfermedad incurable y a la que le habían dado sólo tres meses de vida. Así que empezó a poner sus cosas «en orden». Contactó a su sacerdote y lo citó en su casa para discutir algunos aspectos de su última voluntad.

Le dijo qué canciones quería que se cantaran en su misa de cuerpo presente, qué lecturas hacer y con qué traje deseaba ser enterrada.

La mujer también solicitó ser enterrada con su Biblia favorita. Todo estaba en orden y el sacerdote se estaba preparando para irse cuando la mujer recordó algún muy importante para ella.

Decir todo a Dios

Yo me había acostumbrado a visitar regularmente a una cristiana, viuda desde hacía un año, que vivía en una modesta granja. Tenía dos hijos: el mayor estaba casado y vivía bastante lejos. El segundo, Lucio, vivía con su madre y parecía no poder defenderse sin su ayuda.

La muerte del padre había sido terrible para este hijo. Cierto día la madre me comunicó llorando que tenía cáncer. No temía morir, porque sabía que entraría en el eterno descanso, pero estaba preocupada por su hijo, cuya tristeza y desasosiego serían inmensos.

¿Qué decir en semejante circunstancia?   ¿Dónde buscar consuelo, sino junto al «Padre de misericordia y Dios de toda consolación»? (2 Corintios 1:3). Entonces confiamos nuestra tristeza a Dios, seguros de que nos escucharía y contestaría. Dios se llevó a esta creyente dos meses más tarde.

La casa quemada

Cierto hombre salió una vez de viaje en avión. Era un hombre temeroso de Dios y sabía que Dios lo protegería. Durante el viaje, mientras volaban sobre el mar, uno de los dos motores falló y el piloto tuvo que hacer un amarizaje forzoso en el océano. Casi todos murieron, pero este hombre logró agarrarse a alguna cosa que lo conservó flotando sobre el agua. Estuvo mucho tiempo a la deriva y después de algunos días llegó a una isla deshabitada.

Al llegar a la playa, cansado pero vivo, agradeció a Dios por su liberación maravillosa de la muerte. El consiguió alimentarse de peces y hierbas. Consiguió derrumbar algunos árboles y con mucho esfuerzo logró construirse una casa.

Mamá…¿el Pastor habla de tí?

Después de mucho tiempo una señora volvió a ir al culto con su hijita. Por causa de su trabajo no podía asistir a los cultos matinales; por eso fue en la noche. El pastor habló en esa ocasión acerca de la negligencia de muchos en cuánto al cumplimiento de sus deberes cristianos: No leen la Biblia, descuidan la asistencia a los cultos, etcétera.

La niñita escuchaba atentamente el sermón y, cuando oyó que el pastor hablaba del descuido de muchos padres, se volvió a su madre y, confiada, le dijo:

“¡Mamital ¿Te habla a ti el pastor?” Estas palabras fueron un flechazo para el corazón de la madre que permaneció callada. Esa ingenua pregunta de su propia hijita fue para ella un sermón vivo y eficaz.

Busca las cosas de arriba.

cielo3Desde que comenzamos una Nueva Vida, debemos fijar nuestra visión en las cosas que pertenecen al cielo, donde està Cristo sentado a la diestra de Dios en el lugar de Poder y Honor.

Permite que el cielo llene tus pensamientos, no pienses solo en las cosas de la tierra. Pongamos la mira como el que apunta en tiro al blanco, todo lo que hagas que sea enfocando al objetivo de tu vida. La distracción hace que erremos al blanco.

Muchas veces nos permitimos distracciones en las cosas pasajeras de la vida por ganar un poco mas de dinero, por tener una mejor posición social, por mostrar una mejor casa, por tener el mejor automóvil, por aparentar,