¿Me Amas?

Un día, temprano por la mañana, me levanté para observar la salida del Sol, ¡Oh, la belleza de la Creación de Dios queda más allá de la descripción!
Mientras observaba, alababa a Dios por su bella obra. Mientras estaba sentado ahí, sentí la presencia del Señor conmigo.

Entonces, Él me preguntó, «¿Me amas?»
Yo contesté, «¡Por supuesto, Dios! ¡Tú eres mi Señor y Salvador!»
Entonces me preguntó «Si estuvieras físicamente incapacitado, ¿aún me amarías?»

Una Lección de $20.

Un reconocido orador inició su seminario sosteniendo un billete de $20 dólares y pregunta a su auditorio:
– Alguien quiere este billete?
Muchas personas levantaron la mano. Entonces les dijo:
-Alguno de ustedes recibirá este billete, pero antes voy a hacer algo.
Tomó el billete con su mano y lo oprimió hasta arrugarlo, luego volvió a preguntar si alguien todavía  lo quería.

Las manos del auditorio se mantenían arriba.
-Bien- dijo el orador- ¿Y si hago esto?
Tiró el billete al suelo y empezó a pisarlo

Un Vaso de Leche.

Un día, un muchacho pobre que vendía mercancías de puerta en puerta para pagar sus estudios, encontró que solo le quedaba una simple moneda de diez centavos, y tenía hambre. Decidió que pediría comida en la próxima casa. Sin embargo, sus nervios lo traicionaron cuando una encantadora mujer joven abrió la puerta. En lugar de comida le pidió un vaso de agua.

Ella pensó que el joven parecía hambriento así que le trajo un gran vaso de leche. El lo bebió despacio, y entonces le preguntó: ¿Cuánto le debo? -No me debes nada

Lo que desea ser un niño.

Señor, esta noche te pido algo especial:

Conviérteme en un Televisor porque quisiera ocupar su lugar para poder vivir lo que vive el televisor de mi casa.

Tener un cuarto especial para mí.
Congregar a todos los miembros de la familia a mi alrededor.
Ser el centro de atención.

Al que todos quieran escuchar, sin ser interrumpido o cuestionado.
Que me tomen en serio cuando hablo.
Sentir el cuidado especial que recibe la televisión cuando algo no le funciona.

Oración de un Padre.

Dame, Oh, Señor un hijo que sea lo bastante fuerte para saber cuando es débil, y lo bastante valiente para enfrentarse consigo mismo cuando sienta miedo.  Un hijo, que sea humilde en la victoria y victorioso en la derrota.

Dame, Oh Señor, un hijo que nunca doble la espalda cuando deba erguir el pecho. Un hijo te conozca a ti y sepa conocerse a sí mismo que es lo fundamental en la vida. Condúcelo, te lo ruego, no por el camino fácil sino por aquel lleno de dificultades y retos, allí, déjale aprender a sostenerse firme y a sentir compasión por los que fallan.

La tienda del cielo.

Estaba haciendo las compras de Navidad, cuando vi un letrero que decía: «La tienda del cielo».
Me causó curiosidad y me acerqué, la puerta se abrió lentamente y cuando me di cuenta, ya estaba adentro. Vi muchos ángeles parados en todas partes, uno de ellos me entregó una canasta y me dijo: «Ten, compra con cuidado todo lo que necesitas y lo que no puedas ahora, te lo llevarás después, eso sí, sólo puedes comprar cosas para ti».

Comencé a caminar por esa enorme y bella tienda y lo primero que compré fue PACIENCIA. EL AMOR estaba en la misma fila y más

Jaime reportándose.

Un Pastor estaba dando un recorrido por su Iglesia al medio día, al pasar por el Altar decidió quedarse cerca para ver quien había venido a orar.

En ese momento se abrió la puerta, el Pastor frunció el entrecejo al ver a un hombre acercándose por el pasillo; el hombre estaba sin afeitarse desde hacia varios días, vestía una camisa rasgada, tenía el abrigo gastado cuyos bordes se habían comenzado a deshilachar.

El hombre se arrodilló, inclino la cabeza, luego se levantó y se fue. Durante los siguientes días el mismo hombre, siempre al medio día estaba en la Iglesia

La silla del amigo.

La hija de un hombre le pidió al pastor que fuera a su casa a hacer una oración para su padre que estaba muy enfermo. Cuando el pastor llegó a la habitación del enfermo, encontró a este hombre en su cama con la cabeza alzada por un par de almohadas. Había una silla al lado de su cama, por lo que el pastor asumió que el hombre sabía que vendría a verlo.

«Supongo que me estaba esperando», le dijo. «No, ¿quién es usted?», dijo el hombre. «Soy el pastor que su hija llamo para que orase con usted, cuando vi la silla vacía al lado de su cama supuse que usted sabia que yo estaba viniendo a verlo»

¿Quien mató al amor?

Hubo una vez en la historia del mundo un día terrible en el que el odio, que es el rey de los malos sentimientos, los defectos y
las malas virtudes, convocó a una reunión urgente con todos ellos.

Todos los malos sentimientos del mundo y los deseos más perversos del corazón humano llegaron a esta reunión con curiosidad
de saber cuál era el propósito.

Cuando estuvieron todos habló el Odio y dijo:
«Los he reunido aquí a todos porque deseo con todas mis fuerzas matar a alguien. Los asistentes no se extrañaron mucho pues era el Odio que estaba hablando y él siempre quiere matar a alguien, sin embargo todos se preguntaban entre sí quien seria tan difícil de matar para que el Odio los necesitara a todos.

Muchacho agradecido.

Un muchacho entro con paso firme a la joyería y pidió que le mostrarán el mejor anillo de compromiso que tuviera.

El joyero le presento uno. La hermosa piedra solitaria brillaba como un diminuto sol resplandeciente. El muchacho contemplo el anillo y con una sonrisa lo aprobó. Preguntó luego el precio y se dispuso a pagarlo.