El Paraguas.

En un pueblito de zona rural en los años 50, se produjo una larga sequía que amenazaba con dejar en la ruina a todos sus habitantes, debido a que subsistían con el fruto del trabajo del campo. A pesar de que la mayoría de sus habitantes eran creyentes, ante la situación límite, marcharon a ver al Ministro religioso local y le dijeron:

– «Si Dios es tan poderoso, pidámosle que envíe la lluvia necesaria para revertir esta angustiante situación.»

¿Cuánto pesa tu oración?

Poco tiempo después de la Segunda Guerra Mundial una mujer entró en una tienda de alimentación y pidió suficiente comida para una cena de Navidad para sus hijos. Cuando el dueño preguntó cuánto podría pagar, ella respondió:

– Mi marido murió en la guerra. La verdad es que no tengo nada que ofrecer mas que una pequeña oración.

El amor verdadero.

Un hombre de cierta edad vino a la clínica donde trabajo para hacerse curar una herida en la mano. Tenía bastante prisa, y mientras se curaba le pregunté qué era eso tan urgente que tenía que hacer.

Me dijo que tenía que ir a una residencia de ancianos para desayunar con su mujer que vivía allí. Me contó que llevaba algún tiempo en ese lugar y que tenía un Alzeimer muy avanzado.

El valor del anillo.

Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante tonto. ¿Cómo puedo mejorar? ¿Qué puedo hacer para que me valoren más?.

El maestro sin mirarlo, le dijo:

-Cuánto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero

El cojo.

El dueño de una tienda estaba colocando un anuncio en la puerta que decía:»Cachorritos en venta». Esa clase de anuncios siempre atraen a los niños, y pronto un niñito apareció en la tienda preguntando: «¿Cuál es el precio de los perritos?.

El dueño contestó: Entre $30 y $50».

El niñito metió la mano en su bolsillo y sacó unas monedas:

La ratonera y el ratón.

Un ratón, mirando por un agujero en la pared ve a un granjero y su esposa abriendo un paquete. Pensó, luego, qué tipo de comida podía haber allí. Quedó aterrorizado cuando descubrió que era una ratonera (trampa para ratones). Fue corriendo al patio de la granja a advertir a todos:

«Hay una ratonera en la casa, una ratonera en la casa!»

El agua que quería ser fuego.

«Ya estoy cansada de ser fría y de correr río abajo. Dicen que soy necesaria. Pero yo preferiría ser hermosa, encender entusiasmos, encender el corazón de los enamorados y ser roja y cálida.

Dicen que yo purifico lo que toco, pero más fuerza purificadora tiene el fuego. Quisiera ser fuego y llama».

Sólo debes pedirlo.

Durante la guerra Hispano-Americana, Clara Barton estaba supervisando el trabajo de la Cruz Roja Americana en Cuba.

Un día, el Coronel Theodore Rooselvet acudió a verla, queriendo comprar alimentos para sus enfermos y heridos en Rough Riders. Pero ella rehusó venderle nada.

Rooselvet quedó perplejo. Sus hombres necesitaban ayuda

Bendición del hogar.

¡Dios mío!, bendice mi casa, para que sea el hogar del amor y la paz.
Bendice, la puerta abierta como dos brazos extendidos que dan la bienvenida a mis invitados.

Bendice, las ventanas que dejan entrar el sol a raudales cada mañana, y por donde se asoman las estrellas del firmamento, que son luces de esperanza para la humanidad.

Atentamente, tu viejo.

Amado hijo: El día que esté viejo y ya no sea el mismo, ten paciencia y compréndeme.
Cuando derrame comida sobre mi camisa y olvide como atarme mis zapatos, tenme paciencia. Recuerda las horas que pasé enseñándote a hacer las mismas cosas.

Si cuando conversas conmigo, repito y repito las mismas palabras y sabes de sobra como termina, no me interrumpas y escúchame.  Cuando eras pequeño para que te durmieras, tuve que contarte miles