Fantasma de felicidad.

Elisa Sierra, mujer de cuarenta años de edad con retraso mental, no podía creerlo. Ahí, en medio del andén, había un fajo de billetes. Era un paquete grueso con billetes de alta numeración. Quizá fueran miles o hasta millones. Así que lo recogió de la acera y lo guardó presurosa en su bolso.

Al día siguiente Elisa tuvo la imprudencia de mostrarle