Aprovecha bien el tiempo

El tiempo es un regalo de Dios. No se puede alterar la cantidad que El nos da. Las demandas sobre nuestro tiempo son menos o más según la etapa de nuestra vida. Cómo proporcionar las 24 horas de cada día es lo que a nosotros nos interesa.

Jesús dijo, «Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar» (Juan 9:4). Jesús aquí nos da dos principios de cómo usar el tiempo.

"Decía que las mamás no trabajaban"

Un hombre, por cierto muy meticuloso, decía que las madres no trabajaban tanto. Que los quehaceres de la casa eran poca cosa.

Pero un día se vio obligado a cuidar a la familia, debido a que su esposa había tenido que salir. Decidió escribir una lista de las actividades que realizaba durante el día, con el siguiente resultado:

– Les abrí la puerta a los niños: 106 veces
– Les cerré la puerta a los niños: 106 veces
– Amarré los cordones de sus zapatos: 16 veces
– Rescaté al bebé, que está aprendiendo a caminar: 21 veces
– A Jorgito, nuestro hijo de 2 años le dije NO: 94 veces

Lo insignificante

Decía también: ¿A qué haremos semejante el reino de Dios, o con qué parábola lo compararemos? Es como el grano de mostaza, que cuando se siembra en tierra, es la más pequeña de todas las semillas que hay en la tierra; pero después de sembrado, crece, y se hace la mayor de todas las hortalizas, y echa grandes ramas, de tal manera que las aves del cielo pueden morar bajo su sombra Marcos 4:30-32

Imaginemos que Jesús le manda el Curriculum Vitae a una consultoria para ver si sus discípulos están listos para seguir con los negocios de su Padre.

Estoy harto de la vida.

Estoy cansado de trabajar y de ver a la misma gente, camino a mi trabajo todos los días, llego a la casa y mi esposa sirvió lo mismo de la comida para cenar, la cual no me gusto mucho que digamos y tengo que comer la comida que no me gusta.

Voy a entrar al baño y mi hija de apenas año y medio no me deja por que quiere jugar conmigo, no entiende que estoy cansado y quiero entrar al baño. Después, tomo mi revista para leerla plácidamente en mi sillón y mi hija nuevamente