La Biblia que no se quemó.

Se quemaron los bancos, los retablos, no quedó nada, sin embargo nadie se explica cómo la Biblia que se encontraba colocada en el altar no sufriera ningún tipo de daño.
«Está intacta, y la mantilla sobre la que se posaba, también, esto es un misterio», declaraba un testigo presencial.
El hecho sucedió en la Capilla de Pastur que desde ayer tiene una nueva leyenda, que para muchos será inexplicable y a otros les hará dudar

Amor en cajita de leche.

Dos hermanitos en puros harapos, uno de cinco años y el otro de diez, iban pidiendo un poco de comida por las casas de la calle que rodea la colina. Estaban hambrientos: “vaya a trabajar y no molesten”, se oía detrás de la puerta; “aquí no hay nada, pordiosero…”, decía otro…Las múltiples tentativas frustradas entristecían a los niños…

Por fin, una señora muy atenta les dijo: “Voy a ver si tengo algo para ustedes…