La voluntad del caballo.

Un joven campesino cristiano tenía su novia en una vereda vecina y todos los días en las tardes ensillaba su caballo blanco y se dirigía a casa de su novia. Esta rutina se repitió todos los días durante los dos años de noviazgo.

Una tarde, como era la costumbre, iba en su inseparable caballo blanco hacia la casa de la novia cuando le salió una anciana de su congregación y le dijo: