¿A quién ves?
Durante muchos años, el programa de televisión de Allen Funt, Cámara Oculta, deleitó a los televidentes con una cámara escondida que captaba las reacciones frecuentemente divertidísimas de personas comunes y corrientes ante situaciones inesperadas. Su idea, según su hijo Peter, era: «Creemos que la gente es maravillosa y salimos para confirmarlo». Considera que la perspectiva de algunos otros programas similares es que «la gente es estúpida, y vamos a encontrar maneras de demostrarlo».
Sus comentarios indican que nuestra manera de ver a las personas determina cómo las tratamos.
A mediados del último siglo, vivía un conde sajón, que había sido educado en el Deísmo – doctrina que admite la existencia de un Dios, pero niega la revelación y rechaza el culto – y se gloriaba de ser adversario declarado de la fe cristiana y de las Sagradas Escrituras. Sintiéndose ya viejo y cerca de su fin, forzado por algún escrúpulo de conveniencia o de conciencia, hizo venir a su hogar al predicador de la Iglesia Evangélica, al que estimaba mucho por sus talentos y por sus virtudes.
Estaba pensando que muchos de nuestros mejores momentos los perdemos escondiéndonos de Dios.Quizás creas que esto no es así, y que en realidad pasas mucho más tiempo buscándole y que muchas veces no le encuentras pero, amigo, si te detienes un momento a pensar detenidamente en tu día, verás que más son los momentos que te escondes de Dios que los que le buscas.
Un hombre en una reunión dijo que quería venir a Jesús, pero no podía porque estaba amarrado.
Cuando yo era niño e iba a la escuela, vi una escena que jamás olvidaré — un hombre amarrado a un carretón, llevado por las calles a la vista de todo el pueblo, y la espalda ensangrentada por los azotes que recibió.