Secreto que conviene saber

El secreto de la felicidad no está en las circunstancias que nos rodean, ni en la vida de nuestro propio corazón, sino veamos esto.

Una buena porción de la Biblia cada día, al abrir las ventanas del alma a las promesas del Señor, unas palabras de ferviente oración, uno o dos actos de bondad a la primera persona con quien nos encontremos, harán risueño el rostro y ligeros los pies para la marcha del día.