El incendio.

Una vez se estaba incendiando un edificio de 9 pisos en el centro de una ciudad muy importante. Las personas del edificio al enterarse de que el edificio estaba en llamas rápidamente salieron de sus apartamentos, a excepción de un niño de 8 años de edad que dormía en el octavo piso, pues su papá había salido a comprar y su mamá estaba de viaje.

El fuego crecía cada vez más e iba subiendo piso por piso

El sueño roto.

El sueño de su vida era ser misionero, y parecía como si finalmente se fuera a hacer realidad. Sentado en la oficina de la agencia misionera, el nervioso joven le aseguró al entrevistador que él y su flamante esposa estaban decididos a trabajar duro, administrar sus recursos como buenos mayordomos, y procurar que se proclamara a Cristo al mayor número de personas posible. Confiaban en que todo su futuro estaba saliéndole a pedir de boca.

Cuando fuiste creado.

Hijo mío… si tan solo pudieras comprender por qué te amo tanto…?

Cuando fuiste creado, yo no tenía necesidad de sirvientes, pues miles de angeles me servían. No tenía necesidad de soldados, pues con tan sólo decir La Palabra, montes eran derribados. No tenía necesidad de adoradores, pues delante de mi trono contínuamente cuatro seres vivientes gritan Santo, Santo, Santo y junto a huestes Celestiales me adoran.

¿Me Amas?

Un día, temprano por la mañana, me levanté para observar la salida del Sol, ¡Oh, la belleza de la Creación de Dios queda más allá de la descripción!
Mientras observaba, alababa a Dios por su bella obra. Mientras estaba sentado ahí, sentí la presencia del Señor conmigo.

Entonces, Él me preguntó, «¿Me amas?»
Yo contesté, «¡Por supuesto, Dios! ¡Tú eres mi Señor y Salvador!»
Entonces me preguntó «Si estuvieras físicamente incapacitado, ¿aún me amarías?»