¿Hasta cuándo esperaré?
¿Quién de nosotros no dijo esta expresión alguna vez: ¡Hasta cuando esperaré!?…
Esperar una respuesta, un llamado importante, una visita deseable, un trabajo urgente…
Esperar el amor de tu vida, una respuesta a tu oración, la sanidad en ti o en un ser querido…esperar el tiempo de Dios.
Tal vez, no sea fácil esperar cuando anhelas que algo suceda en tu vida y más aun si te encuentras con necesidad. Pero desde el momento que tu le entregaste a Dios tu oración, Él dio la orden para que se ejecute el cumplimiento de eso que deseas que suceda. Descansa en sus brazos confiando que El lo va hacer.
Oración sincera de un hombre sin empleo
Querido Señor Jesucristo:
Tú querías que todos los que están cansados vengan a Tí. Señor, estoy cansado por mi incapacidad para encontrar trabajo. Día tras día, mi preocupación y el miedo crece a medida que los rechazos van aumentando. Estoy en condiciones y dispuesto a trabajar, pero no puedo encontrar un trabajo.
Diez mandamientos para ser buenos padres
1. Demuéstrale lo mucho que le quieres.
Todos los padres quieren a sus hijos pero ¿se lo demuestran cada día?, ¿les dicen que ellos son lo más importante que tienen, lo mejor que les ha pasado en la vida? No es suficiente con atender cada una de sus necesidades: acudir a consolarle siempre que llore, preocuparse por su sueño, por su alimentación; los cariños y los mimos también son imprescindibles. Está demostrado; los padres que no escatiman besos y caricias tienen hijos más felices que se muestran cariñosos con los demás y son más pacientes con sus compañeros de juegos.
Hacerles ver que nuestro amor es incondicional y que no está supeditado a las circunstancias, sus acciones o su manera de comportarse será vital también para el futuro.
Cuando tu paciencia se pone a prueba
Carolina estaba enojada con sus dos hijos, Claudio y Lorenzo. Llamó a su madre en busca de apoyo moral y consejos. Esos chicos se portan como Daniel, el travieso, bufó. Se puso a explicar los acontecimientos del día. Los niños querían deslizarse por el piso de la cocina. Corrieron y patinaron sobre las alfombras con las pegajosas y rojas medias, haciendo un terrible desastre. Más tarde, descubrieron una lata de insecticida, siguió Carolina. Se metieron en el lavadero, se subieron a la secadora y embadurnaron las paredes con ese líquido nauseabundo.
La tienda del cielo.
Estaba haciendo las compras de Navidad, cuando vi un letrero que decía: «La tienda del cielo».
Me causó curiosidad y me acerqué, la puerta se abrió lentamente y cuando me di cuenta, ya estaba adentro. Vi muchos ángeles parados en todas partes, uno de ellos me entregó una canasta y me dijo: «Ten, compra con cuidado todo lo que necesitas y lo que no puedas ahora, te lo llevarás después, eso sí, sólo puedes comprar cosas para ti».
Comencé a caminar por esa enorme y bella tienda y lo primero que compré fue PACIENCIA. EL AMOR estaba en la misma fila y más