Mirarse en el espejo
Dar con alegría.
Por su vestimenta se veía que era una mujer muy humilde y sencilla, además había enviudado hace unos pocos años atrás, pero allí estaba en el templo, frente a la cesta de las ofrendas, donde otros, con esplendidos vestidos de telas muy finas y enormes añillos de oro, momentos antes, habían echado grandes cantidades de dinero, con cierta ostentación y orgullo.
Pero ella con una dulce sonrisa en sus labios echó lo único que le quedaba, dos monedas de muy bajo valor que eran todo su sustento.
El Amor y el Tiempo.
Dicen que en una isla habitaban todos los valores, las emociones y sentimientos del hombre.
El buen humor, la tristeza, las sabiduría, en fin todos, incluso el amor. Un día se anunció que la isla se hundiría y debían salir todos.
Prepararon sus barcas y partieron y únicamente el Amor se quedó esperando solo