La vida en una montaña
Hoy fui a subir una montaña cercana a mi casa y encontré que la cima se veía tan alta e intimidante desde donde yo me encontraba, que por mi mente pasaba la idea de darme por vencido, sin embargo conforme avanzaba, el paisaje, los hallazgos de aves y plantas, el encontrar otras personas que también buscaban la cima y el nuevo aprendizaje que todo esto traía consigo, me permitió enfocarme en el presente, en seguir avanzando, paso a paso, metro a metro, disfrutando del presente mientras seguía ascendiendo.
Hay sueños que provienen del corazón de Dios y hay sueños nuestros. Los sueños nuestros pueden ser alcanzados a través de nuestra capacidad humana, a través de nuestros recursos e influencia. Los sueños de Dios son alcanzados a través del poder de Dios.
Un atleta participaba en una maratón, lejos de su país de origen y sin nadie de su familia que le acompañara. Estaba fatigado, sentía que sus últimas fuerzas solo le permitirían avanzar unos pasos más; de repente, escuchó varias voces que le gritaban: ¡Animo! ¡Adelante! ¡Bravo! seguido de varios aplausos.
El día que decidió construir una casa con botellas de vino vacías, familiares, amigos y conocidos creyeron que estaba loco y le instaron a desistir del proyecto. Jan Than Vanlhel no los escuchó. Sonreía al escucharles, pero nada más.