No te sientas menospreciado

Cuando decidimos emprender el camino del servicio cristiano, teníamos al frente un enorme campo de oportunidades, y en cada uno de ellos veíamos la ocasión de darle la gloria a Dios, y no importaba si se trataba de hacer limpieza en el templo, distribuir material Bíblico por las calles, cantar en el coro, dar nuestros diezmos y ofrendas o visitar a los enfermos.
Poco a poco el tiempo va pasando, y en la mayoría de los casos, vemos que lo que hemos hecho, pronto queda en el olvido de los seres humanos, es como querer observar la huella que deja la serpiente sobre la peña.

Esos momentos, duelen en el alma, sobretodo cuando estamos pasando momentos de pruebas, y comenzamos a recordar nuestro comportamiento dentro del Reino de los Cielos, y vemos que nuestra vida ha estado orientada a vivir para Dios.