Cuida lo tuyo

Hay descuidos que se pueden evitar si prestas atención, usas la prudencia y vigilas con cautela. En mi país existe un refrán que suena fuerte pero que dice: “el que tiene finca que la atienda y sino que la venda”. El amor se alimenta de detalles, cuidados y atenciones. Si amas, valoras; si valoras, cuidas y respetas. Por tal razón es importante que pases e…

Corre a Él y serás levantado

Días pasados visitaba una tienda en mi ciudad y podía ver una escena que me llamaba la atención y era la de una niña de 2 ó 3 años que alzaba sus brazos y corría hacia su mama para que la levantara y la cargara ya que al parecer estaba cansada y sabia ella que en los brazos de mama estaría segura y era el…

Lo que Dios juntó…

Al principio de la creación, varón y hembra los hizo Dios… y los dos serán una sola carne; así que no son ya más dos, sino uno. Por tanto lo que Dios juntó, no lo separe el hombre. – Marcos 10:6-9.

En respuesta a las preguntas que se le hacen respecto del divorcio, Jesús, como siempre, remite a sus oponentes a sus propias conciencias. Para nuestra instrucción también recuerda el pensamiento inicial de Dios a propósito del matrimonio.

Un amor para toda la vida.

viejitosFrank y Anita Milford dicen que el secreto de su amor eterno es “dar y recibir”.
Se conocieron  en mayo de 1926 y  el 26 de mayo de 1928 contrajeron matrimonio.

Vivieron momentos buenos y otros amargos como cuando salvaron milagrosamente de dos bombardeos alemanes durante la segunda Guerra mundial, uno de los cuales derribó su amado hogar.

Cuando no hay alternativa.

desierto—Está prohibido atravesar el desierto en esta época del año —manifestó seriamente el funcionario de Mauritania—. Ningún árabe se atrevería a hacerlo.

—Tiene usted razón —respondió el viajero—; pero nosotros somos seguidores de Cristo, y los cristianos somos locos.

Fue así como Michael Asher, escritor inglés, y María Antonietta, su esposa italiana, emprendieron el trayecto.

Los placeres de esta vida.

capillaEl joven se sintió engañado. Se había dado cita en un bar con una de esas «damas de la noche», una mujer que le sorbía el seso y cuyo único interés era el dinero. No la encontró, así que se fue a otro bar. Allí tampoco la encontró. No la encontró en ése ni en diez o doce bares más de Santo Domingo, República Dominicana.

Al fin, disgustado y cansado, casi ya en la madrugada, divisó una puerta abierta. «Allí debe de estar», se dijo.

La otra mujer.

Después de varios años de matrimonio, descubrí una nueva manera de mantener viva la chispa del amor. Desde hace poco había comenzado a salir con otra mujer, en realidad había sido idea de mi esposa.

«Tú sabes que la amas.» Me dijo un día, tomándome por sorpresa. «La vida es demasiado corta, debes dedicarle tiempo.»

«¡Pero yo te amo a ti!» Protesté.
«Lo sé. Pero también la amas a ella.»

La voluntad del caballo.

Un joven campesino cristiano tenía su novia en una vereda vecina y todos los días en las tardes ensillaba su caballo blanco y se dirigía a casa de su novia. Esta rutina se repitió todos los días durante los dos años de noviazgo.

Una tarde, como era la costumbre, iba en su inseparable caballo blanco hacia la casa de la novia cuando le salió una anciana de su congregación y le dijo: