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El jabón y el evangelio
Cierto día paseaban juntos un fabricante de jabón y un predicador; y en el curso de la conversación, el fabricante, quien era incrédulo, le dice al predicador:
– El evangelio que usted predica señor, no me parecee haber tenido mucha eficacia, pues veo que en el mundo abunda la maldad y hay todavía personas malas.
Más adelante encontraron a un niño que estaba jugando en el barro de la calle, y se hallaba completamente sucio.