Reconciliación de Jacob y Esaú

“Pero Esaú corrió al encuentro de su hermano Jacob y le abrazó, y se echó sobre su cuello, y le besó; y lloraron”. Gén. 33:4. Jacob había huido de su tierra natal porque su hermano Esaú pensaba matarlo, por haber usurpado su lugar y recibir de su padre Isaac la bendición. Habían pasado ya unos veinte años, y durante todo ese tiempo no vio a…

Latidos del corazón de Dios

“Un corazón grande se llena con poco”. Antonio Porchia (1886-1968) Escritor argentino de origen italiano Su ministerio ha impactado muchas personas ya que al proclamar el mensaje de Cristo en esa cultura, el mensaje va seguido de señales y milagros. En un devocional que él compartió en un equipo de trabajo donde estabamos 8 personas, nos relato un experiencia vivida una mañana con una de…

El hombro.

Un día mi madre me preguntó que cual era la parte más importante del cuerpo. A través de los años trataría de buscar la respuesta correcta. Cuando era mas joven, pensé que el sonido era muy importante para nosotros, por eso dije: «Mis oídos, Mamá». Ella dijo: «No, muchas personas son sordas y se arreglan perfectamente. Pero sigue pensando, te preguntare de nuevo.»

Varios años pasaron antes de que ella lo hiciera.

Él te reconocerá.

Miguelito estaba sucio. Las manos negras, el cuello café oscuro y la cara mugrosa. Pero sus brillantes ojos azules se llenaron de lágrimas cuando su profesora lo regañó por estar tan sucio.

Lo mandó a lavarse y al regresar se dio cuenta de que estaba llorando a grito abierto, avergonzado y humillado. Inclinándose hacia él, le dijo afablemente: «Niño, deja de llorar. Tú sabes que no podía dejarte regresar a casa tan sucio.