¡Qué ridículo!
Ustedes han desechado los mandamientos divinos y se aferran a las tradiciones humanas. Y añadió: — ¡Qué buena manera tienen ustedes de dejar a un lado los mandamientos de Dios para mantener sus propias tradiciones! Por ejemplo, Moisés dijo: «Honra a tu padre y a tu madre», y: «El que maldiga a su padre o a su madre será condenado a muerte». Ustedes, en cambio, enseñan que un hijo puede decirle a su padre o a su madre: «Cualquier ayuda que pudiera haberte dado es corbán» (es decir, ofrenda dedicada a Dios). En ese caso, el tal hijo ya no está obligado a hacer nada por su padre ni por su madre. Así, por la tradición que se transmiten entre ustedes, anulan la palabra de Dios. Y hacen muchas cosas parecidas. Marcos 7:8-13