Un Vaso de Leche.
Un día, un muchacho pobre que vendía mercancías de puerta en puerta para pagar sus estudios, encontró que solo le quedaba una simple moneda de diez centavos, y tenía hambre. Decidió que pediría comida en la próxima casa. Sin embargo, sus nervios lo traicionaron cuando una encantadora mujer joven abrió la puerta. En lugar de comida le pidió un vaso de agua.
Ella pensó que el joven parecía hambriento así que le trajo un gran vaso de leche. El lo bebió despacio, y entonces le preguntó: ¿Cuánto le debo? -No me debes nada