Un Vaso de Leche.

Un día, un muchacho pobre que vendía mercancías de puerta en puerta para pagar sus estudios, encontró que solo le quedaba una simple moneda de diez centavos, y tenía hambre. Decidió que pediría comida en la próxima casa. Sin embargo, sus nervios lo traicionaron cuando una encantadora mujer joven abrió la puerta. En lugar de comida le pidió un vaso de agua.

Ella pensó que el joven parecía hambriento así que le trajo un gran vaso de leche. El lo bebió despacio, y entonces le preguntó: ¿Cuánto le debo? -No me debes nada

La tienda del cielo.

Estaba haciendo las compras de Navidad, cuando vi un letrero que decía: «La tienda del cielo».
Me causó curiosidad y me acerqué, la puerta se abrió lentamente y cuando me di cuenta, ya estaba adentro. Vi muchos ángeles parados en todas partes, uno de ellos me entregó una canasta y me dijo: «Ten, compra con cuidado todo lo que necesitas y lo que no puedas ahora, te lo llevarás después, eso sí, sólo puedes comprar cosas para ti».

Comencé a caminar por esa enorme y bella tienda y lo primero que compré fue PACIENCIA. EL AMOR estaba en la misma fila y más

La silla del amigo.

La hija de un hombre le pidió al pastor que fuera a su casa a hacer una oración para su padre que estaba muy enfermo. Cuando el pastor llegó a la habitación del enfermo, encontró a este hombre en su cama con la cabeza alzada por un par de almohadas. Había una silla al lado de su cama, por lo que el pastor asumió que el hombre sabía que vendría a verlo.

«Supongo que me estaba esperando», le dijo. «No, ¿quién es usted?», dijo el hombre. «Soy el pastor que su hija llamo para que orase con usted, cuando vi la silla vacía al lado de su cama supuse que usted sabia que yo estaba viniendo a verlo»