Seamos como la hormiga
Brenda era una mujer joven a quien se le invitó a que fuera a escalar una montaña. Aunque muy asustada, ella fue con su grupo a un enorme granito acantilado. A pesar de su temor, se puso la correa, agarró la soga y comenzó a subir la cara de esa roca.
Ella había conseguido una repisa donde podría tomar un descanso. Mientras ella colgaba se soltó una cuerda de seguridad y dio a presión contra el ojo de Brenda y golpeó hacia fuera su lente de contacto.