¿Cuánto pesa tu oración?

Poco tiempo después de la Segunda Guerra Mundial una mujer entró en una tienda de alimentación y pidió suficiente comida para una cena de Navidad para sus hijos. Cuando el dueño preguntó cuánto podría pagar, ella respondió:

– Mi marido murió en la guerra. La verdad es que no tengo nada que ofrecer mas que una pequeña oración.

Dios y mi Padre Nuestro.

TU: Padre Nuestro que estás en los cielos…
DIOS: Si. Aquí estoy…

TU: Por favor… no me interrumpa, ¡estoy orando!
DIOS: ¡Pero tú me llamaste!..

TU: ¿Llamé? No llamé a nadie. Estoy orando…. Padre Nuestro que estás en los cielos…
DIOS: ¡¡¡Ah!!! Eres tú nuevamente.