Cuando Dios tarda la respuesta.

A veces Dios no concede nuestras peticiones de inmediato. Después de un tiempo empezamos a sentir lo que sintió el salmista cuando dijo: «¿Hasta cuándo, Jehová? ¿Me olvidarás para siempre?»

La percepción del ser humano plantea preguntas que la mente no puede contestar. Pero eso no significa que no existan respuestas válidas.