Escogieron dar sus vidas

Cerca de Mobile, Alabama, había un puente de ferrocarriles que atravesaba una bahía bastante grande. Era una madrugada demasiada nublada, un poco antes de las 3:00 AM cuando un remolcador que estaba jalando un lanchón pasó por abajo del puente, el lanchón o la barcaza se golpeó contra el puente.

Por la oscuridad del momento, nadie pudo ver lo extenso del daño que causó, pero alguien en el remolcador llamó a la autoridades por el radio para informarles.

Unos momentos después, el Sunset Limited (Almanecer Limitado – un tren de pasajeros de la compañía Amtrak) alcanzó al puente. El tren viajaba desde Los Angeles hasta Miami. No sabiendo del gran daño, el tren cruzó el puente a unos 140 km/hr. Llevaba 210 pasajeros abordo. Mientras el peso del tren cruzaba la parte dañada, el puente se desplomó. Tres unidades del tren y los 4 primeros vagones de los ocho vagones de pasajeros cayeron a las aguas infestadas de cocodrilos. La oscuridad de la niebla se hizo más espesa por el humo y el fuego.

El operador del remolcador inmediatamente mandó un mensaje al guardacostas. Estaba tan adentro del pantano, que vehículos de emergencia solo podían entrar hasta 6 kilómetros del sitio sobre tierra. Helicópteros fueron llamados para rescatar a los sobrevivientes. Mucha gente logró salvarse, pero 47 personas se ahogaron o murieron en las llamas y entraron a la eternidad.

Hubo muchos héroes esa madrugada. Uno fue Michael Dopheide. Era un joven que acababa de terminar su carrera, e iba rumbo a Florida para visitar a su hermana que vivía en California. Este fue despertado bruscamente cuando escuchó los gritos y llantos alrededor de él. Corrió por el pasillo hacia una salida de emergencia, y mientras el agua seguía creciendo, quitó los vidrios y se metió a las aguas pantanosas que tenían 25 pies de profundidad. Pisando agua, animó a la gente a brincar seis pies adentro de la bahía. A aquellos que no podían nadar los ayudó a sostenerse de una viga de metal que estaba a 10 pies de distancia. Las treinta personas que ayudó a salvar incluían a un niño de dos años, una anciana, y una niña de 11 años con parálisis cerebral llamada Andrea. Sus padres, Geray y Mary Jane Chancey, viajaban a casa con su pequeña hija.

Mientras esperaban salir, el carro se movió y se llenó de agua. Ellos desesperadamente empujaron a la pequeña Andrea por una ventana hacia las manos de Michael que estaban allí esperando.

Este fue su último acto de amor por su hija. En vez de salirse ellos, escogieron dar sus vidas para salvar a su hija. –

Adaptada del libro titulado «Choices» por el Dr. Ronnie Floyd.