Escogieron dar sus vidas

Cerca de Mobile, Alabama, había un puente de ferrocarriles que atravesaba una bahía bastante grande. Era una madrugada demasiada nublada, un poco antes de las 3:00 AM cuando un remolcador que estaba jalando un lanchón pasó por abajo del puente, el lanchón o la barcaza se golpeó contra el puente. Por la oscuridad del momento, nadie pudo ver lo extenso del daño que causó, pero…

De esclava a princesa

El relato más extraordinario que escuche en mi infancia, y que aun atesoro en mi corazón, es aquel que habla de una princesita que, a pesar de ser amada por el rey desde pequeña, fue despojada de todos su derechos por los enemigos de su padre. Aquel rey murió en defensa de su reino y de su amada hija, y la pequeña princesa fue llevada…

El parque de diversiones.

parqueUn hombre llevó una vez a su hija de tres años de edad a un parque de diversiones. Era su primera visita a un lugar así, y ella estaba asombrada de lo que veía y escuchaba, pero más que nada estaba emocionada por las vueltas y zumbidos de los aparatos. Rogó a su papá que la dejara montar en un aparato en particular, aunque era considerado el que más “miedo” infundía a los niños de su edad.

El emperador y su hija.

maceteroHubo una vez un emperador que convoco a todos los solteros del reino pues era tiempo de buscar pareja a su hija. Todos los jóvenes asistieron y el rey les dijo:

«Os voy a dar una semilla diferente a cada uno de vosotros, al cabo de 6 meses deberán traerme en una maceta la planta que haya crecido, y la planta mas bella ganara la mano de mi hija, y por lo consiguiente el reino»

Con olor a Dios.

lluviaUn frío viento de marzo danzaba al final de una noche en Dallas cuando el médico entró a la pequeña habitación de hospital donde se encontraba Diana Blessing. Aún aturdido por la cirugía, su esposo David sostenía su mano mientras se daban ánimo para las últimas noticias.

Esa tarde del 10 de marzo de 1991, una serie de complicaciones obligó a Diana, con tan sólo 24 semanas de embarazo

La compañía del Amor.

Una mujer regaba el jardín de su casa y vio a tres viejos con sus años de experiencia frente a su jardín. Ella no los conocía y les dijo:

-No creo conocerlos, pero deben tener hambre. Por favor entren a mi casa para que coman algo.

Ellos preguntaron:
-¿Está el hombre de la casa?
-No, respondió ella, no está.
-Entonces no podemos entrar, dijeron ellos.