«Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos» Efesios 5:15-16
Un aviso en el periódico mostraba a tres personas esperando un autobús urbano. Dos de ellas se veían aburridas y apáticas, mientras que la tercera estaba jugando feliz con un aparatito electrónico. «Haga algo con su nada -decía el anuncio-. Ese tiempo de nada. El tiempo entre todo lo demás que usted tiene que hacer». La idea era vender el juguete portátil para que las personas pudieran usar todos esos segmentos desperdiciados de tiempo «de espera».
Sospecho que muchos de nosotros ya usamos constructivamente aquellos pequeños incrementos de tiempo de espera para leer algún libro, memorizar algún versículo u orar por algún amigo. Son nuestros periodos de espera más largos llenos de incertidumbre e indecisión los que pueden dejarnos angustiados y frustrados.
Pablo desafió a los cristianos en Éfeso a «mira[r], pues, con diligencia cómo and[amos], no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos» (Efesios 5:15-16). El erudito en griego Kenneth Wuest sugiere que esto se refiere al tiempo en sus «temporadas estratégicas y oportunas», y significa «hacer un uso sabio y sagrado de cada oportunidad para hacer el bien».
Durante dichas temporadas cuando nos preguntamos, «¿cómo llegué aquí y cuándo podré salir?», lo mejor es buscar nuestras oportunidades dadas por Dios en vez de centrarnos en los obstáculos. Esa es la manera de hacer algo con nuestro nada.__ DCM
Fuente: Nuestro Pan Diario