¿Alguna ves estuviste encarcelado por algún delito? ¿pasaste algún tiempo entre rejas? En la cárcel tu libertad está limitada, tu vida se debe ajustar a los reglamentos. Duermes, comes, te bañas, etc. sólo en los horarios establecidos y no cuando quieres.
En la comparación que realiza Pablo menciona a los esclavos. Estos no solo tenían privada su libertad, sino que no tenían voluntad propia, sus vidas estaban sujetas a la voluntad de sus dueños.
Imagínate por un momento que eres esclavo, o que estás encarcelado por algún delito. Creo que, en esta condición, tu sueño mas preciado sería el de vivir en libertad.
Pero imagínate ahora que por algún motivo te concedieron la libertad, ¿querrías volver a la esclavitud, o a estar entre rejas? A través de la historia de Agar y Sara, esto era precisamente lo que Pablo quería enseñar.
Cuando intentas ganar el favor de Dios con la religión, lo único que logras es volver a la esclavitud. Dice Tito 3:5 «él nos salvó, no por nuestras propias obras de justicia sino por su misericordia…» Dios conocía muy bien tu vida, conoce hasta lo más oculto y oscuro de tu corazón, y conociendo que le fallaríamos una y otra ves, Su misericordia fue mas grande que nuestras iniquidades.
Dios quiere formar en nosotros un corazón lleno de amor y misericordia y no uno frío y duro como el que crea la religión.
«Las daré un nuevo corazón, y les infundiré un espíritu nuevo; les quitaré ese corazón de piedra que ahora tienen, y les pondré un corazón de carne.» Ez. 36-26
Fuente: Estebanymarian.blogspot.com