Por un momento, vamos a imaginar que tu Papa viene a tu casa y te entrega un sobre sellado. Y te dice hijo/hija, aquí esta un regalo que te quiero dar. Es un viaje todo pagado de 3 semanas de vacaciones a Hawaii. Incluye el costo del vuelo, hotel, alimentos y para cualquier otra cosa que tu quieras o necesites e incluido mi tarjeta de oro. Hice arreglos para que una limusina para que te lleve y te recoja al aeropuerto.
No es reembolsable, no lo puedes regresar, y no es transferible así que ni pienses en devolvérmelo o dárselo a otra persona. Y no te preocupes, ya hable con tus jefes así que eres libre para irte cuando quieras. También voy a encargarme de todo mientas que tú estas afuera. Todos los detalles, los boletos, y la información están en este sobre. Yo sé que no es tu cumpleaños o aniversario, y ni siquiera estamos cerca de la Navidad. Solo quería darte algo especial, solo porque te amo.»
Y allí tienes en tus manos el sobre con las vacaciones de tu vida dentro. ¿Que harías? Me pregunto cuantos de nosotros dejaríamos el sobre en la mesa y diríamos, ¡Wow, que regalo! Hemos sido grandemente bendecidos de tener un padre que nos ama tanto.» Y luego, ¿nunca abrir el sobre?
Tu dices, ¡esto es absurdo! ¡Abriríamos el sobre y estaríamos leyendo todo acerca de estas vacaciones al mismo tiempo de estar empacando nuestras cosas!» ¡Es cierto! No tengo ninguna duda de que si tu padre terrenal te diera un regalo como ese lo recibirías con emoción y disfrutarías el regalo de tu vida.
Pero, sabes, tan padre y tan hipotético como suena, no se compara en lo mínimo al regalo que tu padre celestial ya te ha dado. Es el regalo de la eterna salvación. Pero, tu sabes tan bien como yo, hasta que recibas el regalo puedes disfrutarlo. ¿Has ya abierto este sobre? ¿Has aceptado el regalo de Dios? Estas disfrutando de su gracia y misericordia. ¿Estas seguro de pasar la eternidad en el cielo? ¿Has experimentado el sentido liberador de saber que tus pecados han sido perdonados y de que eres libre para vivir una buena vida? ¿Estas usando las herramientas que Dios ha hecho para ti? O ¿esta el sobre arriba de la mesa llenándose de polvo?
Fuente: Ministros.