La mejor ofrenda

Un judío pobre una vez fue al templo sin cordero, ni palomas, ni harina para sacrificar. Se quedó afuera avergonzado, y oyó cantar esta parte del Salmo 51: “Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios…” Esto es lo que tenía ese judío, y entró. “Bendito seas”, dijo el venerable rabí,” son pocos los que vienen con tal ofrenda”.

Menguando para que Él crezca.

menguar“Y vinieron a Juan y le dijeron: Rabí, mira que el que estaba contigo al otro lado del Jordán, de quien tú diste testimonio, bautiza, y todos vienen a él.
Respondió Juan y dijo: No puede el hombre recibir nada, si no le fuere dado del cielo.
Vosotros mismos me sois testigos de que dije: Yo no soy el Cristo, sino que soy enviado delante de él