La ovejita perdida

1, 2, 3, 10, 20, 60, 80, 97, 98, 99, ¿99? ¡¡»No puede ser, habré contado mal», dijo!!
Y empezó otra vez a contar 1, 2, 3,…, 99.

No se había equivocado, le faltaba una. Había pasado todo el día llevando las ovejas a donde haya mejores pastos, donde puedan beber agua limpia y cristalina, muy atento estuvo para que ningún animal feroz se acerque a alguna de ellas y haga estragos.

La Escalera.

Los gritos despavoridos de hombres, mujeres y niños dieron la nota trágica aquel día de diciembre. En Brooklyn, Nueva York, un violento incendio había comenzado por los cortinados de las amplias habitaciones de un hotel.

El cuerpo de bomberos se había hecho presente y las operaciones de salvamento habían comenzado alrededor del edificio envuelto en llamas. Mientras las enormes mangueras lanzaban agua sobre el humeante hotel