La otra copa de la cena del Señor

Las pinturas de la Cena del Señor muestran una copa y una bandeja. La copa representa la sangre que Jesús derramó para salvarnos del pecado, y en la bandeja está el pan, que simboliza Su cuerpo que fue molido por nosotros. Lo que no vemos es la segunda copa que Jesús bebió solo: la que hizo posible nuestra salvación.

La frase “beber de esta copa” se refiera a la disposición de la persona de tomar parte en un acto.

Salvado por un cordero.

cordeeroUn hombre español andaba de turista en una ciudad de Noruega. Debido a su trasfondo religioso, quiso ver la iglesia principal de la ciudad. Mirando hacia la torre, se sorprendió al ver en lo alto la figura de un cordero. Al preguntar el porqué de esa escultura, le contaron la siguiente historia.

Cuando estaban construyendo la iglesia, uno de los hombres que trabajaba en la torre se resbaló y cayó desde arriba. Sus compañeros lo vieron caer y, horrorizados, corrieron hacia abajo, al nivel de la calle, esperando encontrarlo muerto.

Tres cosas que valen la pena conocer.

anciano1Un cierto anciano se levantó una vez en una reunión y dijo «Me he pasado cuarenta y dos años para aprender tres cosas».

Escuché con gran ahínco, porque pensé que valía la pena el hallar en tres minutos lo que a otro le había costado cuarenta y dos años el poder aprenderlo.

Dijo que la primera cosa que había aprendido era, que él no podía hacer nada con respecto a su salvación. Efesios 2:8-9 «Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe».

¿Recuerdas lo del pato?

patoHabía un pequeño nino visitando a sus abuelos en su granja. El tenia una resortera (catapulta) con la que jugaba todo el día, practicaba con ella en el bosque pero nunca daba en el blanco. Estando un poco desilusionado, regresó a casa para la cena.

Al acercarse a casa, divisó al pato mascota de la abuela. Sin poder contenerse, usó su resortera y le pegó al pato en la cabeza

Justicia humana.

ollaAna Perrin se dirigió a la cocina. Buscó un cuchillo grande, pero no lo encontró. Buscó una escoba o un palo de amasar; tampoco los encontró. Entonces se fijó en la olla. Estaba llena de agua, y el agua hervía a borbotones.

Ana, de treinta y siete años, de Exeter, Inglaterra, agarró la olla con las dos manos y de pronto la vació toda sobre los pantalones de Lee Roberts, su huésped de diecinueve años

La Escalera.

Los gritos despavoridos de hombres, mujeres y niños dieron la nota trágica aquel día de diciembre. En Brooklyn, Nueva York, un violento incendio había comenzado por los cortinados de las amplias habitaciones de un hotel.

El cuerpo de bomberos se había hecho presente y las operaciones de salvamento habían comenzado alrededor del edificio envuelto en llamas. Mientras las enormes mangueras lanzaban agua sobre el humeante hotel

El perrito y la pantera.

Un Señor que tenía mucho dinero se va de cacería al África y se lleva su perrito para no sentirse  tan solo en aquellas regiones. Ya en la expedición, el perrito empieza a corretear mariposas y cuando se da cuenta ya andaba muy lejos del  grupo del Safari, así que empieza a vagar perdido por la  selva, cuanto en eso ve a lo lejos que viene una pantera a toda velocidad sobre él.

– ¡AHORA SI me metí en la grande!, (piensa el  perrito),

Dios y mi Padre Nuestro.

TU: Padre Nuestro que estás en los cielos…
DIOS: Si. Aquí estoy…

TU: Por favor… no me interrumpa, ¡estoy orando!
DIOS: ¡Pero tú me llamaste!..

TU: ¿Llamé? No llamé a nadie. Estoy orando…. Padre Nuestro que estás en los cielos…
DIOS: ¡¡¡Ah!!! Eres tú nuevamente.