¡Señor, mata la araña!
Los cristianos a veces tenemos los sentimientos confundidos acerca de nuestros pecados. Tenemos miedo de ser dañados por nuestros pecados, y queremos ser perdonados. Pero no estamos seguros de querer librarnos de ellos ya ahora.
Un hombre me dijo que tiene un mal hábito que está estorbando su comunión con Dios