La mejor ofrenda

Un judío pobre una vez fue al templo sin cordero, ni palomas, ni harina para sacrificar. Se quedó afuera avergonzado, y oyó cantar esta parte del Salmo 51: “Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios…” Esto es lo que tenía ese judío, y entró. “Bendito seas”, dijo el venerable rabí,” son pocos los que vienen con tal ofrenda”.

¡No debe doler el bolsillo!

"Cuando vas al Doctor para tu chequeo anual, muchas veces empieza a picar y presionar en varios lugar, mientras que pregunta, ‘¿Esto duele? ¿Qué tal aquí?’ Si gritas en dolor, una de dos cosas han sucedido: El Doctor ha presionado demasiado fuerte, sin la correcta sensibilidad; o, lo más probable es que hay algún problema. Entonces el Doctor dirá: ‘Debemos hacer más pruebas. ¡No debe…

Recolección de ofrenda

Ed Dobson, pastor de la congregación a la que yo asistía, solía decir que no le gustaba predicar sobre las ofrendas para la iglesia. Como su trabajo anterior exigía que se recolectaran fondos, le desagradaba imponerle a la gente presiones innecesarias.

Sin embargo, cuando estaba enseñando 2 Corintios y llegó a los capítulos 8 y 9, no pudo evitar el tema. Lo que más recuerdo de ese mensaje fue la ilustración que utilizó.

Ofrenda verdadera

«Jesús dijo: Pero ella, de su pobreza, echó todo lo que tenía, todo su sustento». Marcos 12:44 (NVI)

Fui parte de un equipo médico que estaba trabajando en Haití cuando ocurrió el terremoto de 2010. Durante ese tiempo aprendí lo que significa la verdadera ofrenda.

Un día, mi hijo y yo jugábamos fútbol con varios niños haitianos.

La ofrenda

Esta es una historia real sobre un niño de nueve años que vivía en un pueblo rural en Tennessee.

Su casa estaba en una zona pobre de la comunidad. Una iglesia tenía un ministerio de autobuses y ese día fueron a su casa un sábado por la tarde. El chico vino a abrir la puerta y saludó al pastor. El pastor le preguntó si sus padres estaban en casa, y el niño le dijo que sus padres salen cada fin de semana y lo dejan en casa para cuidar de su hermanito.

57 centavos

Una sollozante niña se detuvo cerca de una pequeña iglesia de la cual se había retirado porque estaba colmada de gente.
«No puedo ir a la escuela bíblica», le decía al Pastor entre sollozos mientras él pasaba por allí.

Viéndola andrajosa y desgreñada, el Pastor supuso lo que estaba sucediendo y tomándola de la mano la llevó adentro, donde encontró un lugar para ella en la clase.

La niña se sintió tan conmovida que esa noche se fue a la cama pensando en los niños que no tenían un lugar donde adorar a Jesús.

La ofrenda de la viuda.

viudaUna joven filipina quedó viuda con seis niños que sostener. Vivía con muchas privaciones y afanes; se levantaba a las cuatro de la mañana todos los días, cocinaba, lavaba, planchaba, preparaba la comida que los niños llevaban a la escuela, y a los más pequeños los atendía en todas sus necesidades.

Después se iba a trabajar al campo a fin de ganar suficiente arroz y maíz para alimentar a su familia. Muchas veces, mientras los niños dormían