Publicada enVida Cristiana
Visitando al enfermo.
Estando un obispo de la Iglesia Metodista Episcopal del Sur a bordo del vapor «New Orleans» vio una noche a un hombre ir fugitivamente a cuarto, abrir y cerrar la puerta precipitadamente, pasando algo al interior pero sin entrar. Sospechó que era un caso de fiebre amarilla y después de instar a los oficiales del buque se le informó que se trataba de un sacerdote católico que había contraído esa espantosa enfermedad.
Insistió en que se le dejara entrar al cuarto y cuando abrió la puerta, el repugnante olor del cuarto lo detuvo por un momento.