La jaula vacía

Hubo una vez un sacerdote de nombre George Thomas, párroco en un pequeño pueblo de Nueva Inglaterra; En cierta ocasión, durante la misa del Domingo de pascua, durante el sermón puso en el centro del altar una jaula de pájaros vieja, rota y sucia. Todos los feligreses se quedaron sorprendidos y murmuraban entre ellos. Imaginándose sus comentarios, el sacerdote habló de esta manera:. " Ayer…

La Biblia y el diablo

Hace poco una reunión dirigida por Graham Scroggie, hablaba sobre el texto: «Y en la cabecera del Libro está escrito de mí»… Entre otras cosas dijo que los modernos incrédulos dicen el Génesis es un mito y que el Apocalipsis es un misterio.

Dirigiéndose a la multitud dijo:»Estoy maravillado sobre quien puede haber inspirado tan peregrina teoría». Entonces una fuerte voz resonó en medio de la numerosa concurrencia: «El Diablo».

Cuando Dios quiere

Una señora muy pobre telefoneó para un programa cristiano de radio pidiendo ayuda.

Un brujo del mal que oía el programa consiguió su dirección, llamó a sus secretarios y ordenó que compraran alimentos y los llevaran hacia la mujer, con la siguiente instrucción:

Cuando ella pregunte quien mandó estos alimentos, respondan que fue el DIABLO!

Cuando llegaron a la casa, la mujer los recibió con alegría y fue inmediatamente guardando los alimentos que le llevaron los secretarios del brujo.

La trampa de conejos.

conejoEn las heladas regiones de la América del Norte un indio hacía un caminito por entre la nieve, y además hacía otra cosa con unas ramas de abeto.

–¿Qué estás haciendo? –le preguntó un amigo que acertó a pasar por ese lugar.

–Una trampa para conejos –respondió el indio.

–Pero, ¿dónde está la trampa?

La roca.

Cuentan que un muy buen hombre vivía en el campo pero tenía problemas físicos, cuando un día se le apareció Jesús y le dijo: «Necesito que vayas hacia aquella gran roca de la montaña, y te pido que la empujes día y noche durante 1 año».

El hombre quedó perplejo cuando escuchó esas palabras, pero obedeció y se dirigió hacia la enorme roca de varias toneladas que Jesús le mostró. Empezó a empujarla con todas sus fuerzas, día tras día, pero no conseguía moverla ni un milímetro.