Quédate con tu tenedor…

Había una mujer que había sido diagnosticada con una enfermedad incurable y a la que le habían dado sólo tres meses de vida. Así que empezó a poner sus cosas «en orden». Contactó a su sacerdote y lo citó en su casa para discutir algunos aspectos de su última voluntad.

Le dijo qué canciones quería que se cantaran en su misa de cuerpo presente, qué lecturas hacer y con qué traje deseaba ser enterrada.

La mujer también solicitó ser enterrada con su Biblia favorita. Todo estaba en orden y el sacerdote se estaba preparando para irse cuando la mujer recordó algún muy importante para ella.

Un error dirigido por Dios

Corría el año 1979. Viktor Kilmenko, cantante finlandés de origen ruso, acababa de convertirse a la fe cristiana. Como ya no quería interpretar sus canciones livianas, renunció a todos sus contratos con la televisión y con los cabarets. ¿Pero qué hacer para ganar su propio sustento y el de los suyos?

Suplicó al Señor que se lo mostrara. Una noche Viktor descubrió en la primera página de un libro pequeño la referencia de un versículo. Lo buscó en su Biblia y leyó: «Debemos poner nuestras vidas por los hermanos». Entonces comprendió cual era el llamado de Dios: debía consagrar su vida a sus compatriotas en la antigua Unión Soviética.

El hereje.

espejoEn el tiempo de Mario el perseguidor, llegó uno de sus agentes a la casa de una mujer cristiana que había ocultado a uno de los siervos de Cristo, y le preguntó: –¿En dónde está ese hereje?.

La mujer cristiana dijo: Abra aquella petaca y verá usted al hereje. El perseguidor abrió la petaca y sobre la ropa vio un espejo. –¡No hay aquí ningún hereje!

El perdón.

perdonBenjamín, un creyente que vivía en Sudáfrica, no cesaba de decir: –No debemos odiar a nadie, porque Jesús nos ama a todos. Entonces recibía esta respuesta: –Tú que eres negro, ¿quieres que amemos también a los blancos?

Una noche su auto fue detenido y él fue matado a golpes. Sus asesinos tomaron su Biblia y la empaparon